¿Por qué se descomponen los alimentos? Los alimentos se descomponen por la acción de bacterias y hongos. Cuando entran en acción estos microorganismos se altera el aspecto, olor y el sabor, por lo que puede haber riesgo si se consumen. Un alimento, tanto si es de origen vegetal como animal, empieza su descomposición en el momento en el que se cosecha (en el caso vegetal) y en el momento del sacrificio (en el caso animal). El grado de descomposición es distinto según el tipo de alimento. El azúcar o la harina son más inestables que los frutos secos o las patatas, que pueden permanecer durante largo tiempo sin problemas. Los más perecederos son la leche, la carne, las frutas y los huevos, que se descomponen de forma más rápida y, por tanto, necesitan métodos especiales de conservación. Alimentos que no caducan Un nuevo sándwich diseñado por expertos estadounidenses y que contiene carne, queso, lechuga y pan de harina, es capaz de mantenerse fresco durante dos años, sin necesidad de tener que conservarse a temperaturas de refrigeración. El uso de ingredientes que bloquean la humedad en el interior del bocadillo ha sido una de las claves para lograr su larga duración, pues está pensado para ser consumido por personas en situaciones extremas, como soldados, marinos, exploradores, cosmonautas y otros. Refrigerador inteligente asegura que nunca falten alimentos Un refrigerador inteligente lanzado por LG es capaz de reconocer el inventario de lo que tiene en su interior, y ordenar vía electrónica más reservas conforme se vayan acabando los diferentes tipos de alimentos. Incluso es capaz de mostrar a través de su pantalla sensible al tacto recetas de platos sencillos y deliciosos. ¿Cuántos tipos de té existen? Dependiendo del proceso de elaboración que se lleve a cabo (principalmente del grado de fermentación/oxidación), se obtienen diferentes tipos de té. Los cuatro tipos principales son: Negro: Totalmente fermentado, que se ha oxidado por completo durante el proceso de elaboración. De ahí que posea un sabor más fuerte y un color más oscuro que los demás. Verde: Sin fermentar (de ahí su intenso color verde) en el que se detiene inmediatamente el proceso de oxidación con aplicación de calor, mediante secado en wok (China) o al vapor (Japón-método “Sencha”). En función del proceso, los matices aromáticos del té verde varían. El verde secado al wok tiene recuerdos de tostado, mientras que el verde tipo Sencha, calentado al vapor, tiene matices herbales y más frescos. Oolong: Semi-fermentado elaborado de forma similar al té negro pero con un color más verdoso-cobrizo y un sabor más suave. Tradicionalmente proviene de pequeñas zonas de cultivo en Fiji , este de Guangdong y de Taiwán, donde es conocido como Formosa Oolong. Blanco: Recibe este nombre por el vello blanco que recubre los brotes de té antes de que las yemas se hayan abierto. Actualmente el British Tea Council define el té blanco como el obtenido al recolectar las yemas que pueden estar acompañadas de las primeras hojas jóvenes. Es secado de forma natural y no sufre ningún tipo de fermentación. Esto lo convierte en la élite de los tés, pur su sabor suave y fresco propio de las hojas puras. Mantiene su color claro debido a que no atraviesa ningún proceso oxidativo durante su elaboración. A menudo se parece al verde, pero éste no se enrolla previo al secado.