Australia, como en los últimos años, abrió las puertas de la temporada y allí Kimi Raikkonen –el hombre de hielo– enfrió los Red Bull y maniató a los Ferrari. De nada sirvió el doblete de Red Bull en clasificatorias con Vettel a la cabeza, ni el cuarto y quinto puestos de Ferrari en la formación de la parrilla. El finlandés vino de atrás hacia adelante y se hizo con el primer GP del curso, corrido en el trazado Albert Park. Fue una emocionante carrera que tuvo como protagonistas en el podio a tres campeones mundiales: Kimi, Fernando y Sebastian.

Más que la lucha entre los pilotos de Ferrari con Vettel, en ese momento con Massa como líder de la casa de Maranello, el ritmo lo traía Kimi Raikkonen. Kimi tomó el mando a media carrera y no lo dejó hasta concluir la vuelta 58 que marcó el fin del Gran Premio inaugural de la temporada 2013.

Y llegó Malasia con muchas incógnitas: ¿Lotus es tan fuerte como parece? ¿Red Bull regresará sus monoplazas a la cima? ¿Ferrari es realmente competitivo para luchar por el título? Sin embargo, tras finalizar el GP malayo solo se desveló una respuesta, los de la bebida energética regresaron a lo más alto del podio con un doblete que llenó las páginas en Internet con infinidad de comentarios y opiniones. Vettel echó por tierra las órdenes de equipo y adelantó –con el cuchillo en la boca– a su compañero de filas (Webber), quien finalmente terminó segundo.

Sin embargo, el patrón de la F1 (Bernie Ecclestone) aprobó la acción del piloto alemán al expresar: “si yo hubiera sido Sebastian Vettel, después de ganar tres títulos mundiales para el equipo, y alguien empieza a darme instrucciones por radio, probablemente habría hecho exactamente lo mismo. Yo habría dicho: sé lo que estoy haciendo”, y agregó, “como suelo decir: mostradme un buen perdedor y os mostraré un perdedor. Pero Sebastian no es un perdedor. Sebastian es un ganador”.

De cualquier manera, Red Bull se fue de Malasia con un espectacular doblete y un impresionante récord de cambio de neumáticos en boxes, al sustituir las cuatro gomas de Vettel en apenas 2.09 s, ¡impresionante!

El GP de China fue un alivio para los parciales de Alonso y de la casa de Maranello. En Shanghái la degradación de neumáticos fue la causa determinante para la victoria, una condicionante que bajó del podio a Vettel y privó a Hamilton de su primer triunfo, relegándolo a la tercera plaza luego de ganar la pole. Lewis salió primero, pero el chasis W04 destrozó los neumáticos blandos en las primeras seis vueltas. Kimi, a pesar de la colisión con Sergio Pérez (McLaren) que lo dejó con el morro desecho, tiró con fuerzas hasta el final para conseguir un meritorio segundo escaño, un resultado que lo mantiene segundo en la lucha por el título. Sebastian, por su parte, optó por una estrategia que lo llevó a arrancar con cauchos duros desde la novena posición. El tráfico de las primeras vueltas le impidió coger su ritmo; no obstante, negoció un importante cuarto puesto que lo mantiene líder de la clasificación general.

Desde ya son cuatro pilotos los que se perfilan por la corona y es Vettel, a mi juicio, el de mayores posibilidades. Alonso y Ferrari han comenzado más fuertes que el pasado año y su victoria en China lo llena de esperanza. Raikkonen y Hamilton tienen lo suyo, pero ni Lotus ni Mercedes están, ahora mismo, al nivel de los de la bebida energética ni al de los rojos de Maranello. ¿Cambiarán las cosas?