A la playa en un Peugeot 107, el más pequeño de los leones
Con un diseño exterior atractivo, este Peugeot se muestra elegante a pesar de sus diminutas dimensiones. Cuando abres la puerta del conductor y te adentras te convences de que se trata de un coche realmente económico. La guantera en el salpicadero carece de tapa y el panel de instrumentos es extremadamente sencillo. En la consola central se ubican el equipo de sonido y los controles del aire acondicionado, ambos de buen funcionamiento.
Se puede ajustar el asiento del conductor en distancia y altura, de manera manual, así como la elevación del timón. La regulación de los espejos exteriores también es manual, mientras que las lunas delanteras se accionan eléctricamente. Las traseras no descienden y solo se abaten un tanto para que circule el aire en momentos que no se use el climatizador. Las plazas delanteras son amplias y las traseras poseen cuotas aceptables para albergar a dos personas mayores. Este detalle, como es de esperar, va en detrimento del maletero donde hay espacio para solo 130 L de volumen. Para poner el motor en marcha hay que presionar el freno, un procedimiento habitual en la mayoría de los autos con cambio automático. La transmisión, dirigida a las ruedas delanteras, es de cinco velocidades y con dos opciones de manejos: automática y pilotada, con todos los accionamientos en la palanca de mandos ubicada en la columna central.
Ya en marcha ponemos el morro rumbo noreste en busca de la Vía Blanca, una carretera de cuatro carriles que enlaza a Varadero con La Habana. La Vía Blanca se considera como la primera autopista en la mayor de las Antillas. Su construcción comenzó en 1954 y uno de sus principales aciertos es que la mayoría de sus intercepciones son por medio de puentes. Además, cuenta con excelentes vistas panorámicas (al norte atractivas playas y al sur las Alturas de Bejucal – Madruga – Coliseo, donde destacan las Escaleras de Jaruco). En ella se levantó el puente de Bacunayagua –el más alto de Cuba–, obra concluida en 1960 y considerada como una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
Aunque el Peugeot 107 es considerado un turismo urbano la carretera se le da bien, con una velocidad crucero por encima de los 100 km/h. La caja de cambios, como comentamos, tiene la elección de funcionamiento automático; sin embargo, no me caben dudas de que con la opción pilotada va muchísimo mejor, tanto en tráfico urbano como en autopistas.
La razón fundamental es que se puede controlar el giro del motor, que si se mantiene por encima de las 3 500 rpm responde muy bien. Digo esto salvando las distancias ya que el propulsor es un pequeño motor de tres cilindros en línea con 1.0 L de desplazamiento. Si se lleva entre 3 500 y 4 000 rpm el consumo se comporta bastante bajo, inferior a 5.0 L/100 Km. La potencia máxima (68 CV) la alcanza a 6 000 rpm, mientras que el par motor de 93 Nm lo consigue a 3 600 vueltas.
Todo este análisis justifica la posición del tacómetro en el panel de instrumentos, como un apéndice encima del velocímetro y a la izquierda, un lugar que sobre todo nos favorece la visibilidad del mismo sin perder la atención a la carretera.
Varadero es el principal polo turístico en Cuba, en el se levantan infinidad de construcciones que suman decenas de hoteles. No por casualidad es la sede, este 2013, de la Convención de Turismo. Además de los hoteles, el balneario matancero cuenta con bellísimas instalaciones extrahoteleras donde destacan: restaurantes, discotecas, marinas, anfiteatro, campo de golf y hasta su propio aeropuerto.
Sin embargo, la historia de Varadero como centro de recreación se remonta al siglo XIX, cuando los cardenenses más pudientes vieron en sus cristalinas aguas con blanca y fina arena el sitio ideal para pasar sus vacaciones. Fue en 1887 cuando el Ayuntamiento de Cárdenas aprobó los planos del inicial asentamiento, por esa razón se considera el 15 de diciembre de 1887 como la fecha oficial de la fundación de Varadero.
Por aquellos años para arribar a Varadero se utilizaban dos vías, ambas desde Cárdenas: una por mar en goletas y otra por tierra en incómodos carretones. Pero peor aún era para los que se aventuraban a viajar desde La Habana, quienes debían tomar primero un tren hasta Cárdenas que demoraba siete horas. En los albores del siglo XX no había más de veinticinco edificaciones en Varadero. El primer hotel, que llevó por nombre Varadero, estaba ubicado frente al mar en la costa norte, un sitio donde hoy día están las calles 42 y 48. Se inauguró en 1915 y fue una edificación de madera, techo de tejas, de dos plantas y con amplios balcones y portales.
Dentro de Varadero pusimos la transmisión en el modo automático, es la opción adecuada para cuando rodamos a baja velocidad y bajo régimen del motor. De esta manera nos olvidamos de la palanca de cambios y podemos centrarnos en buscar un lugar donde almorzar, hacer unas compras o encontrar buenas locaciones para tirar algunas fotos. El día transcurrió espléndido, cumpliendo todas nuestras expectativas.
De regreso conectamos la trasmisión, otra vez, en el modo manual (pilotada) y en un tramo recto entre Varadero y la ciudad de Matanzas le soltamos las riendas al Peugeot 107. En primera y segunda lo llevamos hasta las 6 500 rpm y alcanzó 55 y 105 km/h, en ese orden. Cuando pusimos tercera y lo pisamos a fondo el velocímetro marcó 140 km/h, mientras que el motor giró hasta las 6 000 vueltas. La cuarta velocidad es bien larga y se estira hasta alcanzar una velocidad máxima de 162 km/h, en un momento donde el motor giró hasta las 5 500 rpm. La quinta velocidad es económica, con ella conectada mantiene la velocidad tope, pero el régimen del motor desciende hasta 4 500 rpm.
Cuando alcanzamos la máxima velocidad, la sensación dentro del habitáculo es que vamos más rápido; sin embargo, nunca sentimos inseguridad. La dirección de cremallera con asistencia eléctrica es precisa, mientras que el sistema de frenos se compone de discos ventilados en las ruedas delanteras y tambores en la zaga. Las llantas son de acero con embellecedores, lógico para abaratar los costos, y calzan neumáticos 155/65 R14.
Resumiendo: el Peugeot 107 es un coche que ofrece más de lo que aparenta, esto en el departamento de las prestaciones. Es impresionante que con un motor de tres cilindros y 1.0 L de desplazamiento que entrega 68 CV lo impulse hasta 162 km/h, una velocidad superior a la homologada por el fabricante (157 km/h). Esto se debe en gran medida a su bajo peso, porque el 107 solo empina la báscula hasta 910 kg. Sorprende, además, su espacio interior con una altura bien calculada que posibilita adentrarse a personas espigadas sin tocar el techo. Puede mejorar la visibilidad del panel de instrumentos en la noche y es, a mi juicio, el primer Peugeot donde se observan mejor los relojes en el día que en la noche.
Excelencias del Motor realizó este viaje de pruebas con la colaboración de la firma italiana Resigum International S.r.L y la belga BDC International S.A., concesionario de Peugeot en Cuba.