Lo que les digo. Y no se trata de una moto estrambótica, tipo tabaco, usada en las salinas de Bonneville. Es una moto de serie modificada, con un carenado simple, capaz de sobrepasar los 400 km/h. La hazaña la realizó el norteamericano Bill Warner, sobre una motocicleta Suzuki Hayabusa de 2005, en Texas.

La Texas Mile se celebra cada año y consiste en acelerar desde parado y medir a qué velocidad se pasa cuando se cumple una milla recorrida (1.6 km). Warner fue con su moto y dejó atrás a todos sus oponentes. Así, ganó el evento en su categoría e implantó una nueva marca de 450 km/h. El récord anterior era de 419 km/h establecido en 2005. El motor original de esta Suzuki, de 1.3 litros de desplazamiento (1300 cc) y cuatro cilindros en línea, genera una potencia de 180 CV. Eso parece mucho, pero para Bill no fueron suficientes y le instaló un turbocompresor Garrett que elevó la potencia hasta los 650 CV y el par motor hasta los 425 Nm. Con un fuselaje similar a las motos de competición en pista, neumáticos de serie y sin paracaídas para frenar una vez que pasara por meta, Warner asombró a todos en todo momento: primero para no caer cuando le dio gas en la salida, luego cuando se impulsó y no menos cuando trató de parar, una maniobra que por larga lo sacó de la pista, pero sin consecuencias. Sin embargo, el récord absoluto sobre dos ruedas lo mantiene el equipo BUB Enterprises, impuesto en 2006 en las salinas de Bonneville. Ubicado en el estado de Utah, en Salt Lake City, Bonneville se convierte cada septiembre en la capital de la velocidad. La moto codificada como “Number 7”, fabricada íntegramente por BUB Enterprises, estableció el récord actual de 564.69 km/h. El propulsor, de desarrollo propio, es un V4 sobrealimentado de 3.0 litros de cubicaje.