Entre la variopinta amalgama de motocicletas reunidas en el parque más famoso parque de Varadero, había una «vieja» Harley-Davidson: la de Servando. El parque de la avenida 1.a y calle 44 estaba desbordado de motos de diferentes marcas, unas clásicas o antiguas, y otras modernas de impresionante figura.
A este IX Encuentro de Harlistas Cubanos asistieron motocicletas de todo el país, desde las tradicionales británicas hasta las chillonas niponas.
Para hacer gala de su evento, primaban las Harley-Davidson. Y el ruido entremezclado
de tantos motores se ligó esa noche con el sonido de la música alternativa.
En medio del disfrute general, aproveché la mañana del domingo para conversar con motociclistas de Canadá, Pinar del Río, Camagüey, La Habana, Artemisa, Matanzas, Cárdenas, Colón, Santa Clara… y no me alcanzó el tiempo para más. Así conocí a Servando, quien dijo ser de Santa Clara cuando, en realidad, era del poblado Esperanza.
Esperanza o La Esperanza, un asentamiento del municipio Ranchuelo, en la provincia de Villa Clara, fundado en 1809 y  que hoy cuenta con poco más de 14 000 habitantes. Como está a solo 16 km de Santa Clara, capital de la provincia, Servando dijo ser de Santa Clara. Pero la Harley-Davidson de Servando es famosa en el centro del país y más lejos aún.
Resulta que esta Harley-Davidson es la legendaria moto de «Rey Morales» (Manuel de los Reyes Morales), abuelo de Servando y probablemente uno de los motociclistas más célebres de la región central del país desde los años 40 del siglo XX, quien, a los 83 años todavía rodaba en su moto, muy orondo, por las calles de la pintoresca Esperanza.
En esta Harley-Davidson de Rey Morales (ya fallecido), aprendieron a manejar moto sus cuatro hijos: Silvio, Sergio, Soledad y Servando padre. Y para seguir la tradición, sus nietos Israel, Leonardo, Yordano, Yenma y, no podía faltar, Servando, el preferido de Rey Morales, quien ahora conserva esta moto original como un patrimonio familiar.
En su icónica motocicleta, la familia de Servando Morales Orfila viajó los más de 200 km desde Esperanza hasta Varadero en unas 3 h, con su esposa e hija, para asistir a esta cita de harlistas cubanos. Servando es mecánico de profesión y mantiene la Harley-Davidson como la tenía su abuelo.        
La moto conserva sus faroles delanteros rojos de cuando Rey Morales se encaminaba por la Carretera Central, año tras año, hasta el santuario de El Cobre, en Santiago de Cuba, para visitar a la Virgen de la Caridad; o cogía rumbo a las costas norte o sur de las provincias centrales en busca de los mejores lugares para practicar la pesca submarina.
Rey Morales adquirió su Harley-Davidson, de uso, allá por los años 40 del siglo pasado. Es modelo VLD de 1936, «de antes de la guerra» (II Guerra Mundial). Tiene un motor de 1 340 cc y 38 HP, la caja es de tres velocidades y alcanza 75 km/h. Dispone de amortiguación delantera Springer y la trasera es rígida, pero el asiento (para 2 personas) es basculante con muelles.
Las Harley-Davidson vinieron a Cuba de la mano de Luis Breto, quien fuera su cocesionario oficial. En los años 20, creó su agencia en Santiago de Cuba
y luego se trasladó para La Habana. Personalmente lo conocí en los años 60, cuando yo corría motocicletas. Fue mi amigo y hasta padrino de mi boda con la madre de mis hijos. Siempre lo admiré. Emigró a Estados Unidos y allí falleció.
Servando Morales Orfila heredó la Harley-Davidson de Rey Morales, así como su espíritu de motociclista aventurero. Es mecánico de motocicletas y de automóviles en Esperanza, y muy conocido entre harlistas cubanos, aunque todavía no es tan famoso como su abuelo.