Los automóviles eléctricos
Los motores eléctricos para automóviles no son nuevos. En época tan lejana como fines del siglo XIX e inicios del XX, hace más de 100 años, un diseñador y constructor de autos del calibre de Ferdinand Porsche, fabricó un auto con máquina eléctrica que era viable. Pero en aquellos tiempos los automóviles no corrían más de 40 Km/h, los viajes no llegaban a 100 Km y el peso del vehículo no significaba nada. El desarrollo automotor aconsejó la utilización de motores de combustión interna, que llegaron rápidamente a cotas inimaginables. Año tras año fueron mejorando su potencia (caballos de fuerza), régimen de giro (revoluciones por minuto) y velocidad punta (kilómetros por hora, incluyendo aceleración) fueron y todavía son, los máximos logrados en cualquier automóvil del siglo XX. Sin embargo, la contaminación ambiental, el calentamiento global (como una consecuencia de lo anterior), el próximo fin de los combustibles derivados del petróleo, aconsejan hoy, en pleno siglo XXI, cambios en los combustibles de los motores de combustión interna o algo mucho mejor: su eliminación definitiva. Esto ha tomado por sorpresa a la industria automotriz. Una variante propagada por los defensores de los motores de combustión interna, que no están dispuestos a aceptar el fin de su utilidad, podría ser el cambio del combustible fósil (derivados del petróleo) por otros combustibles a base de alcoholes derivados de la caña de azúcar, el maíz, la soya, la remolacha y otros cultivos que ahora mismo sirven de alimentación a gran parte de la población. Sin embargo, el motor eléctrico sigue siendo una alternativa viable siempre que se desarrolle. Los autos eléctricos son hoy todavía una curiosidad automotriz. Tienen muy poca autonomía, sus fuentes de energía pesan demasiado y su velocidad no cubre los requerimientos actuales. No obstante, se reúnen los inventores, hacen competencias y se desarrollan, pero muy lentamente aún. Llegan noticias de que una motocicleta eléctrica consiguió hace poco el récord mundial de aceleración. La autonomía y velocidad de los autos eléctricos aumentan notablemente; además, cada día las baterías (fuente energética) son más ligeras. El auto eléctrico no contamina, no hace ruido y su energía es renovable con solo cargar las baterías, que puede ser hasta con la luz solar. ¿Acaso no vale la pena desarrollar un vehículo así?
José Carlos de Santiago