La filosofía original de Whizzer fue la de construir un motor con sus accesorios para propulsar una bicicleta y así comenzó en 1939. La empresa Breene-Taylor Engineering Corporation, cuya especialidad era la fabricación de partes y piezas de aviación, decidió hacer el Whizzer, que con el tiempo llenó un nicho en el universo motero americano.

La mayoría de los ciclomotores nacieron tras la II Guerra Mundial, como transporte emergente ante la destrucción general de la conflagración; no así el caso de Whizzer, que vio la luz en Estados Unidos, allá por 1939, aún antes que América entrara en beligerancia. Esto permitió vender unidades en plena guerra a los obreros que laboraban para la defensa, cuando toda la industria era bélica, a través de una carta acreditativa. La Breene-Taylor Engineering Corporation convenció al Gobierno de EE.UU. para fabricar los motores y accesorios, adaptables a cualquier bicicleta americana. Este ciclomotor podía hacer casi 200 km con solo un litro de gasolina y se vendía (motor y accesorios) por 125 dólares, fácil de acoplar y muy útil, en esos tiempos en que un automóvil Ford del mismo año podría costar unos 500 dólares. En 1946 Whizzer había vendido 139a000 unidades. Whizzer era un motor de 138.5 cc (8.5 pulgadas cúbicas), de 4 tiempos, con válvulas laterales, lo cual no permite grandes prestaciones: tenía 3 CV y lograba una velocidad máxima de 65 km/h. La transmisión era por un rodillo a la rueda trasera. Hasta 1948 se vendió como motor y accesorios solamente, pero a partir de 1949, ya se comercializó como un ciclomotor completo (incluía la bicicleta). Ese mismo año 49 se lanzó el modelo Sportman, que bien visto se parece bastante al Whizzer que conocemos hoy día, aunque la parte trasera sigue siendo rígida y la suspensión delantera de muelles simples. El Sportman eliminó el rodillo y vino con variador de velocidad y correa en la transmisión final. A pesar de todas estas mejoras, Whizzer fue perdiendo adictos. En 1956, la factoría dio por terminada la producción de Whizzer, aunque continuaron fabricando piezas hasta 1965. Pero en 1997, Whizzer (como Ave Fénix) volvió al mercado estadounidense. La nostalgia y todo el entusiasmo de los propietarios de “viejos” Whizzer (cuyo pecio por unidad llegó a superar fácilmente los 2 000 USD), embullaron a los hermanos Steve y Rocky Itoria, de Huntington Beach, California, a reproducir nuevos juegos de motores Whizzer al estilo antiguo, aunque con cierta tecnología mejorada.

Yo no vendería jamás mi whizzer

Me dijo Alberto Amador, presidente del Club de ciclomotores Whizzer de La Habana. “Este es un modelo ‘J’ del año 1948 que he tuneado a mi gusto, respetando siempre aquello que los caracteriza: la máquina y el tanque de gasolina. Lo compré desarmado y pasé un año para ponerlo así, como usted lo ve”, dice orgulloso. Y con toda razón: acaba de ganar el Premio a la Elegancia 2011 de la UCAMAC, en la categoría de ciclomotores. ¿Qué se siente al tener una moto más “vieja” que uno? Yo tengo 49 años y mi moto ya cumplió 63, entonces no sé si yo la tengo a ella o ella me tiene a mí. Cuando nací en mi casa había un Whizzer (de mi padre), el cual se llevó mi tío para Cruces (Cienfuegos). Donde residía, siendo yo un niño.

¿Esta es tu primera moto? No, yo tenía un ciclomotor Mobylette, francés, más moderno. Pero siempre me atrajo el Whizzer por aquello de lo clásico y empecé la búsqueda. Apareció el señor Orlando, mayor de 60 años, quien tenía un auto y ya no usaba la moto. La compré por 80 CUC (USD) y la traje desarmada. Fue bueno, un año después tenía la moto que yo quería. ¿Eres mecánico? No, tengo algunas nociones y muchos deseos de arreglar mi moto. Estudié diseño mecánico y luego me gradué en el Instituto de Comercio Exterior. Trabajo en un taller de decoración de la empresa Palco: vidrieras, tiendas, salones… ¿Usas la moto a diario? Claro. Es mi medio de transporte, mi vehículo de recreación y mi hobby preferido. Vivo en Plaza y trabajo en Centro Habana. ¿Qué le hiciste a tu moto? Rediseñé el caballo, ahora de doble cuna, puse llantas 17 (17x2.25) delante y 16 (16x2.75) detrás, le adapté amortiguación trasera (viene rígida) y otras cosillas que me acomodan. ¿El señor Orlando había sido su primer dueño? Nada de eso, los Whizzer pasaban de mano en mano porque sus propietarios eran personas de bajos ingresos: mensajeros de “botica”, distribuidores de rollos de película, cine por cine. Unos trabajos de mensajería que requerían de rapidez. La moto era su herramienta, la cual ya había sustituido a la bicicleta. ¿En La Habana había una agencia Whizzer? Sí, se encontraba en la avenida Menocal, actual Infanta, esquina a Jesús Peregrino. Allí vendían los Whizzer, motos Indian, bicicletas y otros productos de Estados Unidos. La agencia se llamaba Roger International S.A. ¿Tú papá fue el primer dueño de su Whizzer? Mi padre tampoco fue el primer dueño de su Whizzer. La compró de segunda mano y la usó bastante, luego adquirió un Ford y mi tío se llevó la moto. Tiempo más tarde, mi tío la vendió a un señor de Cienfuegos. ¿No será esto una telenovela? Pues el señor Orlando la compró a otro que la trajo de Cienfuegos, según dijo. ¿Quién sabe? ¿Qué tenemos del Club de ciclomotores Whizzer de La Habana? Se fundó el 20 de marzo de 2010 en la peña Amigos de Fangio con solo 9 motos, hoy tengo la planilla de solicitud de ingreso del número 30. Pertenecemos a la UCAMAC (Unión de Clubs de Autos y Motos Antiguas de Cuba), que es regida por la FIVA (Federación Internacional de Vehículos Antiguos).