MÁS QUE LA HISTORIA DEL NACIMIENTO Y DESARROLLO DE FIAT, ESTA ES LA LEYENDA DE UN HOMBRE EXCEPCIONAL: GIOVANNI AGNELLI, AUTOR MATERIAL E INTELECTUAL DE LA FÁBRICA ITALIANA DE AUTOMÓVILES DE TURÍN (FIAT), UNO DE LOS GRANDES DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ MUNDIAL.

Agnelli viene de una familia acomodada del sector agropecuario, que tenía como mayor negocio abastecer de caballos al ejército italiano. El joven Giovanni nació en Villar Perosa (1866), donde está la hacienda familiar, y a los 20 años entró al Cuerpo de Caballería como teniente. Destinado a Verona, sus grandes amigos fueron el teniente Gropello y el asistente (soldado) Scotto, unidos por el deseo de inventar y el gusto por la mecánica. En 1890 fabricaron una ametralladora ¡que funcionó! Luego construyeron un paracaídas y Gropello se fracturó una pierna. Cierto día, Scotto trajo un viejo y destartalado motor Daimler, sin carburador. Pronto lo arreglaron y lo pusieron a trabajar hasta que el embrague saltó en pedazos y por poco mata a Scotto. En 1892, concluido su servicio, Agnelli dejó el ejército, pero no su amor a las máquinas.

UNA FÁBRICA DE AUTOMÓVILES ITALIANA Ese era el sueño de Giovanni Agnelli a los 27 años pero, sin grandes conocimientos de mecánica ni fortuna suficientemente sólida para acometer esa obra tremenda, se mantenía en Villar Perosa dando vida a sus sueños. Un día le llega una gran noticia, la primera fábrica de automóviles italiana se funda en Turín. Hacia Turín parte rápidamente Giovanni. Allí, el mecánico Luigi Storero ha montado su fábrica para construir triciclos bajo la patente francesa De Dion-Bouton. Agnelli está en su ambiente. En 1893, Storero y su socio Prunel viajan a París, Agnelli los acompaña. De Dion-Bouton, como firma, prefiere exportar sus vehículos a Italia, no que se fabriquen allá, pero ante la insistencia de Storero, Prunel y Agnelli, aceptan. Y consiguen además que los triciclos fabricados en Italia, se llamen Phenix. Pero Agnelli no ha quedado totalmente conforme y decide no asociarse en la nueva firma franco-italiana. Él aboga por una fábrica italiana, autóctona, que fabrique vehículos nacionales. Pero aún está lejos ese momento. Mientras, colabora en la promoción y venta de triciclos Phenix.

NACE LA FIAT El círculo de amigos del automóvil de Turín se reúne noche a noche en el Café Burello. Allí convergen los adinerados a exhibir sus carros, los aristócratas más progresistas, los mecánicos más sabios y experimentados y, por supuesto, los idealistas y soñadores del auto italiano. A este último grupo pertenece Giovanni Agnelli, que no es banquero ni mecánico, pero atesora las ideas básicas de una fábrica de automóviles italiana. Las ideas de Agnelli se imponen finalmente y los asiduos al Café Burello se ponen de acuerdo. Así, el 11 de julio de 1899 (Giovanni tiene 33 años), en el Banco di Scoto e Sete, se firma el acta de fundación de la Fabbrica Italiana Automobili Torino (Fábrica Italiana de Automóviles de Turín: FIAT). Agnelli aparece como Secretario del Consejo de Directores. El presidente es un abogado, Ludovico Scarfiotti. Se compran 12 000 metros cuadrados de terreno para montar los talleres de la fábrica. Agnelli reúne 50 mecánicos para estudiar todo lo necesario con vistas a fabricar automóviles.

LOS INICIOS De la fábrica de bicicletas Ceirano, acude Arístides Faccioli, quien es nombrado ingeniero principal de FIAT. La capacidad organizadora de Agnelli hace milagros y en noviembre de 1899, apenas a cuatro meses de fundada, salen los primeros 10 FIAT a rodar por el mundo. Este primer FIAT tiene un motor de 3 CV, la próxima decena trae motor de 6 CV. Faccioli, que diseñó estos primeros motores, trajo a otro excelente mecánico, Vincenzo Lancia. Este, además de aportar fue el primer corredor de FIAT. Lancia ganó la famosa carrera Turín-Padua. Su auto alcanzaba 60 km/h. Pero fue descalificado porque lo empujaban para subir las lomas. Faccioli diseñó el motor acoplado directamente a la rueda trasera, sin cambio de velocidades. Entonces Agnelli contrató a Giovanni Enrico. A estas alturas, Agnelli ya había sido nombrado Director General de FIAT, su inteligencia, ideas y dedicación, eran imprescindibles para la marca. Enrico, ahora Director Técnico, mejoró considerablemente aquellos primeros FIAT. El motor de 6 lo llevó a 8 CV, le montó una caja de velocidades y le mejoró el sistema de enfriamiento al motor. Trabajó también en la carrocería, le mejoró los frenos y la amortiguación. Los FIAT se vendían bien y la fábrica recibía los beneficios del mercado.

PUBLICIDAD Y CARRERAS Dos aristócratas se retan a duelo, no con sables o pistolas, sino con automóviles. A pura potencia y velocidad. Y apuestan 5 000 liras. El trayecto: Turín-Bolonia, quien llegue primero ganará. Los autos son grandes, un Panhard francés contra un FIAT italiano de 28 CV. A petición de Agnelli, permiten que vaya un modesto FIAT de 12 CV, preparado por la fábrica y con el mecánico probador Felice Nazzaro al timón. Salen los carros a toda velocidad y, para sorpresa de todos, llega Nazzaro solo a Bolonia. Sus contendientes solo le vieron y saludaron en la arrancada y luego observaron atónitos cómo se perdía en lontananza rápidamente. FIAT ocupa planos estelares. Los primeros años del siglo XX son tensos. Enrico fabrica los primeros autos de carrera por orden de Agnelli, quien se da cuenta lo importante que es ganar. En 1904 se van al circuito alemán de Taunus, pero poco pueden hacer frente a los Mercedes germanos y los Mors franceses. Al año siguiente, 1905, Agnelli se hace parte del equipo de carreras, une a tres pilotos ganadores (Lancia, Nazzaro y Cagno) y se van al circuito francés de Auvernia. Pasan inadvertidos antes de la competencia. Bajan la bandera a cuadros y salen los autos. El circuito tiene 137 km y 140 curvas. Desde la primera vuelta, puntea Vicenio Lancia con un rapidísimo e inexplicable FIAT. Los narradores no saben qué decir, el público se pregunta quién ganará. De los seis punteros, tres son FIAT. Finalmente Lancia se rompe y gana el francés Thery (Richard-Brasier), pero seguido muy de cerca por Nazzaro y Cagno (2do y 3ro). Empieza la fama.

AGNELLI Y FIAT FIAT se vende en todo el mundo. En 1911 gana el American Grand Prix. La I Guerra Mundial frena el desarrollo económico y comercial de Europa. En 1918 Agnelli (tiene 52 años) vuelve a levantar FIAT, naves, talleres, 15 000 empleados. Viaja a Estados Unidos, conversa con Henry Ford y se empeña en modernizar sus fábricas. En 1920 decide construir un auto barato, fuerte, económico y popular. Nace la serie 500. Y siguen ganando carreras: Monza, Le Mans, Estados Unidos. En 1927 FIAT implanta récord de facturación, se expande. Agnelli da trabajo a 33 000 personas.

En 1928, a los 62 años, Agnelli pierde a su espose e hija Tina. Aunque abatido por estas desgracias, sigue luchando, no se rinde. Más trabajo, más éxitos, más producción. En 1935 ya emplea 44 000 trabajadores. Pero el destino no lo favorece, su hijo Eduardo, a quien preparaba como su sucesor, muere en un absurdo accidente de aviación. Con 69 años, Giovanni Agnelli está condenado a morir trabajando, sin descanso. La II Guerra Mundial termina por liquidarlo. En 1945, a los 79 años, muere. Lo llevan a enterrar a Villar Perosa, de donde salió en 1892 para fundar una fábrica de automóviles italiana. Lo consiguió, hizo la FIAT, la mayor industria automotriz italiana, donde laboran más de 70 000 personas. Es su aporte a la Historia del Automóvil.