Studebaker Commander Regal Deluxe Convertible 1950
Studebaker produjo modelos con el nombre Commander desde 1927 hasta el final de la marca en 1964, con la interrupción de 1936 y desde 1957 al 63. Cuando reapareció en 1937 sustituyó al Dictator, de fatal nomenclatura para la época.
Sus modelos de 1947 lanzados bajo el lema del “New Look” (Nueva Imagen) fueron un éxito. Luego, en 1950, pretende repetir la historia, apoyados por el diseño atrevido de Virgin Exner; Raymond Loewe y el staff de diseño. Las diferencias entre los tres modelos que ese año produce la firma de Indiana son mínimas y se deben, básicamente, al tamaño entre ellos. Todos estarán definidos por el “Bullet-nose”, rasgo distintivo que sellará su paso a la Historia. El Commander –tope de la marca- tendrá un capó y guardabarros delanteros más largos y el nombre del modelo estará en el lateral de estos últimos en letra cursiva. Además sus luces delanteras tendrán un mayor marco cromado que dará mayor relevancia al singular frente del auto. Su producción alcanza las 47 848 unidades y es poco conocido que del Commander Regal Deluxe Convertible de 1950 apenas vieron la luz 2867 unidades, las cuales tenían un precio de base de 2328,00 USD. La cubierta para este convertible era textil y se operaba manualmente. Su frente, dominado por la nariz de bala central cromada y emergiendo desafiante al viento, cambia por completo las usuales formas redondeadas de los modelos presentados, apenas en el año 1947. Con unas líneas más planas este Commander está muy a tono con los criterios aerodinámicos que llegan al automóvil desde la aviación. Sin embargo, su diseño trajo inconvenientes a sus creadores pues un abogado, poseedor de los derechos sobre las patentes de diseño del malogrado Tucker 1949, advierte semejanzas (sobre todo por la famosa luz central giratoria en el frente del Tucker) y establece una demanda. La altura ética de Alex Tremulis, diseñador del Tucker y los inigualables Cord, Auburn y Duesemberg de los años treinta, en su declaración en la corte solventa la situación y Exner y Loewe salen airosos del percance.