De ese modo, en principio se trata de la puesta de largo de la nueva línea de producto, más elegante, que la firma del doble chevron había anunciado a principios de año, una alternativa más lujosa al nuevo C3, con el que comparte elementos de su estructura, carrocería e interior, aun cuando su genética hereda ante todo la coqueta exquisitez del elogiado DS Inside Concept. Disponible únicamente con carrocería de tres puertas, el Citroën DS3 posee suficiente espacio para albergar cómodamente a cinco personas, añadiendo un maletero de 285 litros ; mientras en el apartado mecánico consta de cinco propulsores diferentes que cumplen con la normativa Euro 5, tres bencineros y dos diesel. Los primeros ofrecen potencias de 95, 120 y 155 CV (este último con turbocompresor), mientras la gama de gasóleo eroga 90 y 110 CV, respectivamente. Todos irán acoplados con un cambio manual de cinco o seis marchas, aunque los de 120 y 155 CV también podrán montar uno automático. Más allá, para el habitáculo el DS3 permite elegir entre seis tipos distintos de acabado y cinco niveles de equipamiento. Eso sí, de serie traerá control de estabilidad, seis airbags, dos fijaciones Isofix en las plazas traseras, limitador y programador de velocidad y un indicador para la marcha más adecuada en cada momento que posibilita reducir ostensiblemente el consumo de combustible. No por gusto desde la sede del fabricante galo certifican que este modelo “cumple con todos los requisitos para formar parte de la gama distintiva de Citroën”, habiéndose forjado con los designios de un auto polivalente y agradable para cualquier situación.