Son tres los motores que permanecen dentro de la gama del Tucson, no sin algún pequeño cambio. En gasolina nos encontramos con el 2.0 CVVT que rinde 142 CV, asociado a un cambio manual de 5 marchas, y en diesel con el 2.0 CRDI VGT de 140 CV, que se puede equipar con una caja de 6 relaciones o una automática de 5. El primer motor ofrece unas prestaciones medias para el todoterreno, con un tiempo de 11.3 segundos para acelerar hasta los 100 km/h y una velocidad máxima de 177 km/h, mientras que el segundo se distingue por acoger un consumo muy reducido, de unos 5.8 litros/100 km en ciclo mixto y una emisión de CO2 que ronda los 187 gr/km. En tanto, el acabado Classic se puede asociar a ambos modelos y cuenta con un equipamiento interesante, entre los que destacan la dirección asistida, el cierre centralizado con mando, un doble airbag delantero y faros antiniebla. Sin embargo, si aún no queda convencido, la opción Style añade otros elementos de confort que invitan a darse un paseo. Así, los fabricantes coreanos colocan en el Tucson el control de velocidad de crucero, el sensor de aparcamiento trasero y un ordenador de viaje. Por otro lado, el acabado Premium obsequia a sus electores con un equipamiento más completo: control de estabilidad, control de tracción, encendido automático de luces, techo solar eléctrico, llantas de aleación de diseño exclusivo y tapizado completo en cuero. Sin dudas, son varias las opciones que ofrece Hyundai esta vez, una estrategia inteligente que busca acomodarse a todos los bolsillos.