Seleccione usted para conducir: cambio Manual o Automático
En su afán por dominar los mercados, los fabricantes de automóviles ofertan soluciones cada vez más versátiles a sus exigentes clientes, incorporándolas a un mismo vehículo: desde una propulsión con más de una fuente de energía, hasta la decisión, por parte del conductor, del cambio manual o automático.
Las principales desventajas atribuidas a las cajas de velocidades manual y automática se han modificado gracias a los avances tecnológicos alcanzados. Tenemos cajas mecánicas con cambios de marcha más progresivos y confortables, así como cajas automáticas con respuestas mucho más rápidas que en sus orígenes. No obstante, sigue existiendo el cliente que prefiere un modo de conducción más deportivo y sensitivo, con mayor decisión sobre la marcha a acoplar, eligiendo un cambio mecánico; y aquel que se inclina por el placer de conducir con un máximo de confort, ocupándose solamente de acelerar y frenar, seleccionando un cambio automático. ¿Y por qué no darle al conductor la opción de elegir, en un mismo vehículo, entre uno u otro?
Gran variedad de soluciones. Cambio Manual Automatizado. Desde hace varios años se trabaja en diferentes variantes para lograr este objetivo y se presentan al mercado con diferentes nombres según sus fabricantes. Uno de los más conocidos, aunque no el único, es el Cambio Manual Automatizado. Ya desde el año 2000, Mercedes-Benz equipaba sus vehículos comerciales Sprinter con un cambio manual automatizado que denominaba Sprintshift, y luego lo extendió a los autos con el nombre de Sequentronic. En este caso se parte de una caja mecánica “convencional” de 6 marchas, que en realidad posee modificaciones constructivas, como por ejemplo sus anillos de sincronización doble y triple para garantizar un acoplamiento más progresivo; a la que se añade un cojinete de desembrague con control hidráulico, una unidad de mando con electro válvulas para realizar los cambios y que se encargará de mover las horquillas del cambio y, por supuesto, varios sensores con una Unidad de Control que gerencia todo el sistema; es decir, usted cuenta con una Caja Mecánica con un mecanismo de mando de acoplamiento de marchas electro hidráulico. Si desea un funcionamiento manual solo tiene que mover la palanca del cambio a las posiciones + ó – para elegir la marcha, y si prefiere el modo automático desplazar la palanca a la posición A. Claro, en todos los casos ya tendrá “mucha electrónica ayudándolo” y los cambios se efectuarán en el momento óptimo, cuando las condiciones (revoluciones del motor, velocidad del vehículo, entre otras) sean las adecuadas y “sin pedal de embrague”. Como ya mencionamos, existen otras soluciones con objetivos similares: lograr la opción manual y automática con un acoplamiento progresivo y suave de las marchas, aprovechando al máximo el par motor y con un control electrónico del proceso. Así tenemos que Audi desde 1994 ya utilizaba el Sistema Tiptronic en el cambio automático de un A 8, y en el 2003 aplicó el cambio automatizado deportivo DSG (en el A3 3,2) con un sistema de doble embrague. Entre otras variantes podemos mencionar el SMG en BMW, el Powershift en Ford y el Sensodrive en Citroen. Recientemente, acercándose al “cambio ideal,” han hecho su aparición las cajas de cambio de variación continua (Continuously Variable Transmission – CVT), que cuentan con dos poleas de diámetro variable unidas por una correa metálica, de forma que al modificar el diámetro de las poleas se va cambiando, progresivamente, la relación de desmultiplicación, con lo que se consigue un número infinito de desarrollos, es decir, una variación continua de la marcha. ¿Dónde están aplicados estos cambios y cuál es su principio de funcionamiento?, se los mostraremos en el próximo artículo.