Verlo funcionar es un privilegio. Con un estado de conservación soberbio, es uno de los automóviles clásicos más llamativos de Cuba. Sin embargo, el show comienza al accionar el extraordinario sistema automático original de su techo duro retráctil… ¡y funciona! Solo 20 766 Skyliner fueron producidos ese año, éste es el único que prevalece en Cuba.

Lo descubrí a finales de los años noventa, en la boda de un amigo.  Su novia lo había visto en videos musicales y él lo localizó para ella.  Fue el protagonista de la boda y, mientras todos lo admiraban, aproveché para conversar con su propietario.

Alcibiades, su nombre, lo había comprado a su dueño original, en Santiago de Las Vegas, La Habana, años atrás.  Reparó el motor a lo criollo: bielas empatadas y pistones de camión Gaz. Pero el techo retráctil aún funcionaba, con todos los elementos originales, y era un show.  Lo rentaba para filmes y videos-clips, para costear su mantenimiento.

Luego, le perdí el rastro por años, hasta este verano cuando, en un semáforo, aparece repentinamente a mi izquierda.  Sobre la marcha, coordiné una entrevista y, gracias a ella, completé la historia.  Hoy, es propiedad de Alexander Marem, quien diseña un proyecto de gestión turística. Palacio Unicornio –si llega a concretarse- ofrecerá un acercamiento exclusivo a Cuba: tradiciones, historia y bellezas naturales.  Nada mejor que el único Ford Skyliner 1957 rodante en la Isla, para ser uno de sus atractivos.  Encontrarlo resultó providencial.  Su socio prefería un convertible, por resultar muy llamativos para el sector turístico.  Marem los detesta, por su dependencia del clima.  De pronto, navegando en Internet, aparece la referencia del Skyliner y fue la solución perfecta: un techo duro escamoteadle… ¡con el sistema original funcionando!


El Skyliner se añadió a la gama Fairlane a mitad de año. Se produjeron apenas 20766 unidades, en un año que Ford Motor Co. fue Número uno, con 1 522 406 ventas, superando a Chevrolet.  Tenían motor V8 y su precio de fábrica era 2 942.00 USD de la época.

El auto estaba en Holguín, a unos 700 km de La Habana.  Allí, lo había comprado Pablo Quevedo, ocho años atrás, tras descubrirlo en un video musical.  Hizo un trabajo increíble: restauró el mecanismo del techo, emblemas, vestidura y reparó el motor, con piezas originales: desde el cigüeñal hasta los pistones, ¡todo estándar!  Lo usaba solo en bodas y fiestas de quince, y jamás lo “caminaba” por más de cincuenta kilómetros.

Este Ford Skyliner es afortunado, siempre ha sido un auto amado.  Imaginen que, aún hoy, Pablo mantiene contacto con Marem, a quien ayuda con algunos detalles, como el cromado de la parrilla frontal.


Spectacular! The Only Skyliner 1957 in Cuba

Watching it work is a privilege. With a superb preservation state, it is one of the most flamboyant classic cars in Cuba. However, the show begins when using the extraordinary original automatic system of its retractable hard top… and it works! Only 20,766 Skyliner were made that year and this is the only one in Cuba.

I discovered it in the late 1990s, at a friend’s warehouse. It took center stage in the wedding and, while everybody was looking at it, I talked to the owner. Alcibiades, that’s his name, had bought it from its original owner, in Santiago de Las Vegas, Havana, some years ago. I lost track of it for some years until I found it last summer. It is presently owned by Alexander Marem. It was great to find it. His partner preferred convertibles, since they are very appealing to the travel industry. Nevertheless, Mr. Marem hates them because of the climate matter. Suddenly, the Skyliner showed up and it was the perfect solution: a retractable hardtop… with the original system working!