Es así que, con 12 mm menos de distancia al suelo (13 en el caso de la variante familiar Combi), la nueva plataforma MQB ha permitido acoplar en esta versión todo el arsenal de reglajes y dispositivos deportivos del grupo Volkswagen, junto a los sistemas de sujeción y modularidad que la marca checa denomina ‘SimplyClever’ y estrenó en el Octavia hace poco. Estéticamente, las transformaciones son escasas y siempre para reforzar su perfil atlético, por lo que el nuevo Octavia RS se distingue por su característica parrilla frontal, que es exclusiva por sus tonos y añade el logo RS en un lugar muy visible, así como por sus parachoques más abultados y las tomas de aire en forma de panal de abeja. Mientras, el confort interior aparece avalado de antemano por sus asientos deportivos con los reposacabezas integrados, con un maletero de 590 L, que en la variante Combi llega a los 610 L.
Una de las mejoras más notables, sin embargo, tiene que ver con los dos motores 2.0 de última hornada que oferta, los cuales consumen 19 % menos y también optimizan sus prestaciones. Esa ganancia en eficiencia, de hecho, obedece en buena medida a los sistemas Start-Stop y al Recuperador de Energía de Frenado que esta versión deportiva trae de serie.
No en vano, aunque la lista de opciones y paquetes es enorme, su equipamiento básico es de lo más completo, con una dotación que incluye siete airbags, faros bixenon, climatizador bizona, radio con pantalla táctil, Bluetooth o el tren de rodaje deportivo que aumenta la dureza de los amortiguadores y dota al eje trasero de un esquema multibrazo y una barra de torsión para garantizar una conducción más precisa, aunado al diferencial electrónico XDS el control de estabilidad ESC. Sin duda, todo un acierto del fabricante checo.