- El sofá de la habana
Si nos detenemos a analizar con qué propósito se construyó el Malecón de La Habana, vemos que fue exclusivamente el de un muro de contención para el embravecido mar que con frecuencia penetraba en la ciudad. Este larguísimo muro de ocho kilómetros que se extiende sobre toda la costa norte de la capital cubana, y que se construyó por etapas entre 1901 y 1952, es el lugar más concurrido de Cuba.
Llegar a La Habana y no caminar o sentarse en el Malecón es casi un sacrilegio. Es probablemente el lugar donde siempre hay algo y nunca se duerme. Tanto es así que popularmente lo bautizaron El sofá de La Habana. Y quien le haya puesto de esa manera, ¡acertó!
Todos, de alguna forma, terminamos en el Malecón, aun cuando no lo conozcamos. ¿Por qué puede ser este muro tan adorable, místico, añorable? No sé. Creo que cada cual tiene su pedacito de historia en algún espacio de ese lugar.
«Porque mis ojos se han hecho
para ver las cosas extraordinarias.
Y mi maquinita para contarlas.
Y eso es todo».
Pablo de la Torriente Brau