- El sueño que sigue siendo.
VEINTIOCHO AÑOS HAN TRANSCURRIDO DE LA FUNDACIÓN DE NG LA BANDA, SIN EMBARGO, PARA JOSÉ LUIS CORTÉS, EL «TOSCO», EL ANHELO CONVERTIDO EN REALIDAD EN ABRIL DEL 88, AÚN ES EL GRAN PROYECTO AL QUE TODOS VATICINAN LARGA VIDA
CARACAS, Venezuela.— Aunque ya son 28 los años que celebra, el maestro cubano José Luis Cortés saborea este aniversario de su banda, la NG (Nueva Generación), con el regusto exquisito de la primera vez.
Con tanto movimiento por el mundo, pareciera imposible que no hubiera existido la ocasión de un cumple fuera de Cuba; pero los lazos consanguíneos que atan al Tosco a la Isla, ofrecen quizá la mejor explicación –esa razón nada tosca y sí nostálgica– que en pocas palabras suyas resume de este modo: «Mi mayor fiesta es mi país».
Lo cierto es que en Venezuela realiza, lo que no había hecho antes, el brindis de congratulación en una tierra foránea, en la cual, al paso de los días y después de cada actuación, confiesa que va sintiéndola menos, mucho menos extranjera: «Empieza la música, los metales, el coro, y el público se vuelve como loco. Parece, chico, que estoy en Cuba».
Al menos en la escena del teatro colosal Teresa Carreño, de Caracas, la noche de concierto fue un show espectacular, desde el alboroto literal que provocó en los bailadores presentes la banda de metales poderosos, hasta el acompañamiento de amigos cubanos de alto nombre y calidad creativa en la música popular.
«Fue un regalo de Dios», calificó el Tosco la ocasión, y en homenaje sentido y personal «a las deidades que me dieron esta maravillosa oportunidad», dedicó un magistral solo de flauta con el que abrió la presentación.
La noche resultó aún más grande por la compañía exquisita de artistas coterráneos suyos como Pupy Pedroso, Kelvis Ochoa, Alain Daniel, Tania Pantoja, Leo Vera y Juan Guillermo (JG), quienes en representación de generaciones distintas, dieron fe de que el concepto musical NG y su transformación progresiva en 28 años, ha sido una escuela verdadera que no quedó congelada en un período pasado.
Esos amigos sentían como quien salda una deuda que disfrutaban, mientras con el canto demostraban que el influjo de NG es cierto, grande, que ellos mismos son un resultado y están allí para mostrarlo.
Por eso algunos correspondieron largo tiempo a la invitación del Tosco, más allá del escenario capitalino, y se fueron a otras ciudades de Venezuela, para luego saltar a Colombia, volar en una gira por Europa y terminar «en una fiesta tremenda en La Habana», afirmó, en palabras de gratitud, Kelvis Ochoa.
«Vinimos a celebrar a NG, que es un hito de la música cubana, y para mi generación uno de los pilares donde se recostó y bebió. Por supuesto que con la Banda, está en primerísimo lugar José Luis Cortés, un maestro mío, de todos nosotros, pero en lo personal un gran amigo por el que sentimos tanto cariño como respeto».
Siempre ovacionada en sus salidas, la vocalista Tania Pantoja agradeció también la invitación, y como productora ejecutiva de una de las empresa convocantes, Kala Entertainment, exaltó como «un gustazo la posibilidad de traerme hasta acá al creador de la timba».
«Los de mi generación, de antes incluso, y hasta los actuales, deben algo de su carrera a José Luis. Es un maestro, y en comunión con su magnífica banda, toda una institución de la música cubana», destacó la cantante.
«Al menos en mi formación fue determinante —refuerza Alain Daniel, otro invitado de lujo—. Marcó de un modo crucial la ruta que seguí hasta hoy. Con 16 años toqué a la puerta del maestro, y me acogió en la casa y en su banda. El trabajo fue un aprendizaje, dos años como esponja tratando de captar todo, porque sabía que aquellas eran las claves para mi futuro.
«José Luis me enseñó muchas cosas de una forma consciente, pero hubo unas cuantas más que yo aprendí y ni siquiera él lo sabía. Hasta su surgimiento no tenía claro qué camino tomar. NG la Banda fue la confirmación de lo que quería ser en un mañana. Ese mañana es hoy, y a ellos, al maestro José Luis, debo mucho de lo que ahora soy».
La celebración sumó a estelares consagrados y a un joven emprendedor como Juan Guillermo (JG), redondeando un abanico de generaciones distintas que afirmó, por sí solo, el alcance de la influencia NG en el panorama musical cubano.
De la mano de la agencia artística Presencia y de la peruana-venezolana-cubana Kala Entertainment, llegaron a Venezuela la Banda y su director Cortés, para quien la ocasión, al calor de los amigos, constituyó otra afirmación de los vínculos musicales que «amarran a estos dos pueblos».
Veintiocho años transcurridos, sin embargo, para el Tosco y sus afanes creativos, el anhelo convertido en realidad en abril del 88, aún es el gran proyecto «que sigo soñando todavía». Como lo dice, no suena a inconformidad. Tiene más bien el tono espiritual de una premonición de larga vida.