José Ramón Fernández.Presidente del Comité Olímpico Cubano. Con el más puro espíritu olímpico y solidario
Conocido en Cuba familiarmente como “el gallego Fernández”, debido a su ascendencia hispana, el máximo dirigente del movimiento olímpico cubano, comparte esa función con muchas otras tareas de Gobierno, en su calidad de Vicepresidente del Consejo de Ministros, pero sin dudas el deporte lo apasiona y ocupa una buena parte de su tiempo y sus sueños, como se puede apreciar en el siguiente diálogo.
¿Cuáles han sido las principales tareas del Comité Olímpico Cubano en este denominado ciclo olímpico?Hemos centrado nuestros esfuerzos en ampliar la cooperación con todos los organismos nacionales e internacionales, en aras de aumentar la calidad de las actividades deportivas y garantizar la participación masiva de los ciudadanos, sin ningún tipo de discriminación. En pocas palabras, que todos hagan deportes y de acuerdo con su voluntad, aptitudes y posibilidades reales, sean los más destacados los que puedan avanzar en la pirámide de la élite deportiva y aspiren a ser campeones centroamericanos, panamericanos, mundiales, de los Grand Prix.
Otro objetivo ha sido la celebración de las Olimpiadas del Deporte Cubano en 2002 y este año. Igualmente, hemos hecho énfasis en estrechar los lazos deportivos con otros países, con otros comités olímpicos nacionales, y hemos prestado atención a la colaboración solidaria para ayudar a otros menos desarrollados a avanzar en el campo deportivo.
Muy importante fue la lucha librada en aras de conseguir la sede de los Juegos Olímpicos del 2012. Ya el COI adoptó una primera decisión de dejar fuera a Río de Janeiro, Estambul, a Leipzig y a La Habana, y continúan en la carrera Madrid, París, Londres, Moscú y Nueva York.
¿Cómo usted evalúa ese primer corte? Lamentablemente, en esta lucha lo que está en discusión son los aspectos a evaluar para seleccionar la sede olímpica. Mientras éstos sean las grandes vías de acceso: los miles de vehículos, las varias decenas de miles de habitaciones de hoteles de alta categoría, la cantidad de dinero para hacer faraónicas instalaciones y estadios, y no se tenga en cuenta el puro mérito deportivo, el puro espíritu olímpico y solidario, que el deporte esté al alcance de todo el pueblo; mientras no se mida la cultura deportiva de un pueblo y la sana práctica del deporte sin dopaje y dentro de esto la capacidad organizativa que han demostrado países como Cuba, por ejemplo, continuarán siendo las ciudades de los 12 ó 13 grandes países ricos las privilegiadas.
En resumen, mientras primen la comercialización y el interés de las grandes transnacionales que apadrinan los Juegos, prevalecerá la actual tendencia, y debemos cambiar esto. En lugar de ser la imagen de una empresa transnacional el símbolo de unos Juegos, debería ser el atleta con la camiseta sudada por su esfuerzo en una competencia sana y justa, la que lo convierta, por sus victorias, en un símbolo para la juventud de su país y el mundo.
¿Cejará Cuba en su empeño de celebrar unos Juegos Olímpicos? No debemos cejar nunca en nuestro empeño de defender una idea justa. Cuba no solo defiende su posición; hay otros países que no figuran en la élite de los ricos, pero con méritos deportivos suficientes para ser una digna sede”.
¿Qué espera Cuba de Atenas'2004? Cuba llevará, como siempre, a sus mejores deportistas, con quienes aspiramos a mejorar el sitial alcanzado, o sea, quedar entre los diez primeros de los 202 Comités Olímpicos que compiten. Honraremos el principio del juego limpio con atletas libres de dopaje. Concurrimos a Atenas con estos nobles objetivos, así como con el de competir con un espíritu amistoso y de buena voluntad. No vemos a los representantes de otros países, perdamos con ellos o les ganemos, como enemigos, sino solo como adversarios en el terreno de la competencia: hombres y mujeres amigos, seres humanos que también tienen un ideal dentro y fuera del terreno de juego, con quienes podemos trabajar por un mundo mejor.
¿Cómo usted valora la contribución de las Olimpiadas del Deporte Cubano? Este año celebramos la segunda; la primera fue en el año 2002. Sirven en primer lugar para que los atletas del patio puedan competir, desarrollar sus habilidades y mejorar su calidad en un evento nacional. Constituyen también una muestra de la capacidad organizativa de nuestro pueblo. Se compite simultáneamente en varias provincias y en uno o más deportes en cada una, con prensa, televisión, transporte, arbitraje, alojamiento, alimentación, pruebas antidopaje, todos los requisitos, como en cualquier evento de alto rigor internacional. Es una verdadera fiesta popular, lejana de cualquier tipo de recreación malsana y que no pretende sustituir ninguna otra competencia deportiva nacional o internacional.