Cuentan que Honda comenzó a diseñar la CB 750 como una moto todoterreno y salió una joya, algo diferente, la gran combinación del sueño de todo motociclista: una moto rápida, cómoda y barata. Se presentó en junio de 1968 y constituyó un reto al mercado internacional de la motocicleta: podía viajar a 160 km/h y alcanzar, sin gran dificultad, los 200; fácil de manejar, estable a cualquier velocidad, muy fiable su poderoso motor, poca vibración y bien ligera para su tamaño. Según historiadores, fue la “abuela” de las deportivas actuales.

En los años 60 del siglo pasado, todo el mercado de “las motos de verdad”, las llamadas motos grandes, era dominado por las máquinas italianas, alemanas y, especialmente, las inglesas. Las motos japonesas, que empezaban a sonar en el concierto de las dos ruedas, no tenían modelos grandes. Honda, fabricante que ya estaba a la cabeza de la industria de motocicletas en Japón, tenía la CB450 como su mayor máquina en 1965. Competían con éxito en los campeonatos mundiales y estaban bien posesionados en el mercado, pero solo con motos pequeñas.

Sõichirõ Honda y su equipo, que soñaban con ser líderes del mundo en los vehículos de una sola huella, lanzaron al mercado, en 1969, la CB750 Four, una cuatro cilindros de 736 cc, con 67 CV a 8 000 rpm, que revolucionó el concepto de “moto grande”. Y es que era más potente, más ligera y, sobre todo, más barata que la “reina” del momento: la BSA tricilíndrica Rocket III, inglesa. Para rematar, la Honda CB750 Four traía freno de disco delante, la primera moto grande de serie en llevarlo. Además, Honda le puso a su diseño elementos ergonómicos nunca antes usados en una motocicleta.

 Fue un éxito de ventas que (se comentó entonces) “puso de rodillas a la industria de las grandes motos europeas”. Esta máquina tetracilíndrica en línea transversal, enfriada por aire, con árbol de levas en cabeza, 4 carburadores y caja de 5 velocidades, acoplada a un caballo de arquitectura muy novedosa, no se rompía y era mucho más fácil de mantener que cualesquiera de sus competidoras. Se vendieron más de 400 000 unidades durante los nueve años en que se fabricó (1969-1978), prácticamente sin cambios. Precisamente ese triunfo fue su derrota, porque se fue haciendo “vieja” al compararse con otras motos más modernas.

Aunque sí experimentó pequeños cambios, algunos de ellos fatales, como en 1976 con el sistema de escape (de 4 tubos a 4 en uno de salida) que le redujo la velocidad tope a 193 km/h. La CB750 siguió produciéndose, pero fue “atrasándose” y en 1973, se notó con la salida de la Kawasaki 900 cc ZI. A la CB750 Four, maravilla de la ingeniería de finales de los 60, Honda la dejó morir de muerte natural, ni siquiera fue corregido el control de emisiones, lo que atentó contra su buen desempeño comercial. Su mejor año de ventas fue 1971. En la década de los años 70, fue la referencia de todas las deportivas de la industria motociclística.

HISTORIA DE HONDA

Honda se fundó en Hamamatsu (Japón), en 1946, por Sõichirõ Honda como Honda Technical Research Institute (Instituto Honda de Investigaciones Técnicas), pero la empresa comenzó cuando Sõichirõ logró impulsar con su motor una bicicleta. Honda nació bajo la filosofía de su fundador: “ofrecer productos que contribuyan a la mejora de la movilidad de las personas y al bienestar de la sociedad”. Honda se desarrolló en el universo de las motos hasta alcanzar fama mundial. Fabrica unos cuatro millones de motocicletas anuales, de diferentes modelos y cubicajes, en 28 factorías distribuidas en 21 países de Asia, América y Europa. Ha vendido en casi 70 años de existencia, alrededor de 150 millones de motos en todas partes del mundo. A inicios de la década de los años 60, entró al mundo del automóvil. Actualmente fabrica motos, autos, camiones, robótica, motores náuticos y de aviación.

Sõichirõ Honda fue un empresario de Japón, fundador de la multinacional Honda Motors. Nació en 1906, dentro de una humilde familia, en un pueblo japonés, siempre fue un apasionado de los artefactos mecánicos. Su padre era dueño de un taller de reparación de bicicletas. A los 15 años, se fue a Tokio para trabajar en la automovilística Hart Shokai. Se hizo mecánico y regresó a su pueblo a los 21 como representante de la compañía. Renunció y puso su propio negocio: una fábrica de pistones. Fracasó y fue a estudiar a la universidad, regresó graduado de ingeniero y reabrió su negocio otra vez.

Al finalizar la II Guerra Mundial, Sõichirõ lo había perdido todo. En 1948  fundó Honda Motor Company para fabricar motos (bicicletas con motor), pero su motor era muy pesado y quebró. Volvió con un motor fabricado por él, más liviano, rápido y silencioso con el que logró un gran éxito. Aumentó la producción y se montaron fábricas en todo Japón. Triunfó con el lema de Honda: “el Poder de los Sueños”. Murió en 1991, a los 85 años de edad.