La última estrella del viejo Hollywood
Cuando Kirk Douglas interpretó el papel del piloto de automovilismo Gino Borgesa en la película The Racers (1955), entró al mundo del motor a más velocidad que la de su personaje en el Rally de Montecarlo. Y aunque es un drama romántico, suma amantes al motor por llevar en el filme el auto del consagrado piloto Stirling Moss.
Issur Danielovitch Demsky (Kirk Douglas) nació en Nueva York, hijo de judíos rusos inmigrantes. Su infancia fue compleja: su padre abandonó a la familia —madre y siete hijos, Issur el único varón—, y tuvo que trabajar. Desde la primaria se interesó por las artes, y al no poder ingresar a la Universidad, ya que no disponía de fondos, habló con el decano, quien lo admitió como jardinero-estudiante.
Llamado al Ejército en 1941, fue herido en la Segunda Guerra Mundial. En 1946 debutó en Hollywood y rápidamente alcanzó el cielo. Siempre se caracterizó por escoger los guiones y con quién trabajaba, no así cada uno de sus personajes. En 1960, dirigido por Stanley Kubrick, hizo Espartaco. Y aquel grito de «¡Yo soy Espartaco!» quedó grabado en la memoria de todos los que vimos la película.
Su actitud ante la llamada cacería de brujas en Hollywood, impulsada por el Comité de Actividades Antiestadounidenses, le produjo más admiración que condena —fue incluido en la lista negra—, pues el guion de Espartaco era de Dalton Trumbo, expulsado de la industria. Tal vez fue por eso que lo nominaron tres veces al Oscar sin que lo ganara. Finalmente le dieron un Oscar honorífico.
Kirk Douglas siempre fue muy activo. Invirtió parte de su fortuna en obras de caridad, escribió libros y hasta su propia biografía (El hijo del trapero). Fue amante del automóvil. Ya dijimos que en su película The Racers (Hombres temerarios) conduce el auto en el que se inició el famoso corredor inglés de Fórmula 1 Stirling Moss.
Stirling Moss fue el mayor rival del pentacampeón argentino Juan Manuel Fangio. Ambos corrieron en La Habana. Fangio ganó el GP Cuba en 1957 y Moss lo hizo en 1960. El auto con que Moss debutó en el GP de Suiza, en 1951, el HMW Stovebolt negro con motor Alta de 4 cilindros, dos litros (2000 cc) y cuatro velocidades fue restaurado en 1955 por Tom Carstens. Le pusieron un motor Chevrolet V-8 y lo pintaron de rojo. Luego se llevó a Hollywood para ser usado en el filme.
La película cuenta cómo el corredor Gino Borgesa (Kirk Douglas), en sus prácticas para competir en el Rally de Montecarlo, tiene un accidente por no atropellar a un perro, en el cual su auto queda destruido junto a su ilusión de correr. Y aparece Nicole (Bella Darvi), dueña del can, quien le promete a Gino otro auto. Y buscando el vehículo adecuado, florece el amor.
The Racers cuenta con otras excelentes figuras del cine de esa época, como César Romero y Katy Jurado, de raíces latinas.
Y para terminar este sencillo homenaje a la última estrella del viejo Hollywood, la meca del cine en los años cincuenta, lo invito a disfrutar alguna de las ochenta películas de Kirk Douglas. Hay para todos los gustos.