Ron cubano: un sello de garantía
El genovés Cristóbal Colón, descubridor de Cuba, reconoció hace más de 500 años que la caña de azúcar crecía muy bien en la Isla, donde llegó a constituir su primera industria.
Fueron los esclavos africanos, traídos a estas tierras del Caribe en otros siglos, quienes desarrollaron ese cultivo, del cual se extrae no sólo el azúcar, sino también el aguardiente, que con el paso del tiempo le confirió esa identidad insustituible al ron cubano.
Este destilado procedente de la caña de azúcar nació en Las Antillas y se extendió a Europa y sus colonias en América durante los siglos XVII y XVIII. También llegó al Palacio Real en España y ganó la preferencia de la Corte. De ahí se extendió a los más refinados lugares donde concurría la aristocracia europea, sin renunciar a su presencia entre gente de pueblo.
Al riguroso control del aguardiente y su añejamiento, los roneros en Cuba unen una centenaria experiencia de mezclar y añejar sucesivamente una apreciable variedad de rones bases hasta alcanzar aquello que exprese la esencia de lo cubano, su variedad de aromas y colores, propios de esta Isla caribeña, caracterizada por el mestizaje.
Para la realización de las distintas etapas del añejamiento se usa una variedad de barriles de distintos tiempos y números de usos, como si la sabia presencia de su ancianidad le confirieran cierto misticismo al producto final.
Un pedacito del sabor cubano en cada sorbo de ron es la máxima que identifica a este producto, el cual se inscribe entre las expresiones de la cultura y la identidad nacional.
El ron de la mayor Isla del Caribe constituye en la actualidad un tipo definido de producto dentro de la familia de los rones mundiales y se clasifica como ligero, de aroma muy fino y sutil, sabor ligeramente dulzón y apropiado tanto para tomar solo, como mezclado con bebidas refrescantes o cócteles.
La predilección por esta bebida se aprecia de diversas formas, entre ellas que dentro de los 15 mejores tragos del mundo ?del Old Fashioned, Gin & Tonic al Manhatan?, se encuentran tres cubanos: el Daiquiri, el Mojito y el Cubalibre.
BRINDIS POR LA AMISTAD Y LA ALEGRÍA Un trago de un buen ron cubano siempre será una de las mejores maneras de que la celebración se convierta en fiesta del espíritu y del cuerpo, porque beber ron ?si no se exagera? otorga categoría cultural al hacer un brindis. Incluso más que la cerveza, tendiente a la bulla y a la expansión.
Tenga entonces en mente algunas frases para brindar, disfrute el trago en buena compañía y especialmente, ¡no se exceda!
El archipiélago cubano, pleno de atractivos para los miles de vacacionistas que acuden cada año a los numerosos destinos turísticos del país, complementa además su oferta del ocio con elementos que marcan las tradiciones de siglos.
Abundante sol, clima tropical por excelencia, hermosas playas de blancas arenas y una cultura centenaria se dan la mano para conformar una mezcla única capaz de responder a los gustos más exigentes, sin olvidar aquellas costumbres que van incluso hasta el disfrute de bebidas propias de la mayor de Las Antillas.
Entre esas últimas figura el ron, considerado por sus adeptos como un licor para las grandes ocasiones, con un nacimiento vinculado a la introducción de la caña de azúcar en la Isla y desde ese entonces acompañante insustituible de las tertulias de los cubanos.
BEBER RON: RITUAL y TRADICIÓN El ron tuvo su antecedente en el aguardiente elaborado a partir de la melaza de la producción de azúcar y utilizado inicialmente en los rituales de los esclavos negros quienes llegaron al país procedentes del llamado continente negro.
Ya entre 1762 y 1792, Cuba abastecía al mercado internacional con ese rubro, que dio paso entre los siglos XVIII y XIX al genuino ron de la Isla, el cual acumuló una rica trayectoria de tradiciones que llega hasta nuestros días.
Para muchos de los visitantes que vienen al país caribeño, el disfrute de una copa de excelente ron está estrechamente vinculado a un buen habano, en una especie de ritual muy de moda no solo en el archipiélago, sino también en regiones de cultura milenaria como el viejo continente.
Precisamente en países como España, Italia, Alemania y Francia, los volúmenes de ron que se comercializan superan incluso a las cantidades que asimila el propio mercado cubano, señal inequívoca de la aceptación que ostenta el mencionado licor.
HAVANA CLUB: MARCA ÚNICA Según los expertos, el ron es el resultado de un conjunto de exclusivos factores, donde se conjugan el clima, la tierra de procedencia de la materia prima, el tiempo de añejamiento y el cuidado durante la elaboración.
Cada destilería coloca el aporte de una marca específica en el mercado, con aromas, gusto y color peculiares, para crear así su propio círculo de adeptos.
La más conocida en el país caribeño es la familia del Havana Club, elaborada en una de las fábricas encargadas de esa actividad de mayor tamaño en América Latina, capaz de entregar poco más de 30 millones de litros cada año, y que está situada en Santa Cruz del Norte, un pequeño pueblo de pescadores, de la provincia de La Habana.
Así tenemos el llamado Silver Dray, excelente para coctelería, y las denominaciones de Tres (Carta Blanca), Cinco (Carta Oro) y Siete años (Añejo), entre otras calidades de la bebida.
Desde la oriental Santiago de Cuba llegan a los consumidores marcas como Matusalén, Paticruzado, Caribbean Club, Varadero y Caribe. Por su parte, Villa Clara —en el centro de la Isla— aporta a esa gran comunidad al Decano, Siboney y Mulata; mientras que procedentes de La Habana están el Legendario, Bocoy, Bucanero y Antillano.
Pero más allá del nombre, todos tienen en común el origen de su producción y la intención de llenar un espacio en el gusto de nacionales y extranjeros, unidos en el propósito de disfrutar del placer que brinda el consumo de una copa de buen ron en el momento oportuno.
MUSEO DEL RON, PARA MIRAR Y DEGUSTAR En la antigua casona colonial de los Condes de la Mortera, en avenida 262, esquina a Sol, en el Centro Histórico de la Ciudad de La Habana, está el Museo del Ron, que en sus seis años de fundado ha recibido a miles de visitantes, procedentes de 60 países.
Allí el turista puede descubrir una parte de la cultura cubana a través de la historia de esa bebida. Las etapas de su elaboración, las instalaciones de la fábrica tradicional, el bar Havana Club para degustar la riqueza de la coctelería criolla, al ritmo de la música tradicional cubana, son aspectos que se pueden apreciar en ese recinto.
BARCADÍ VS HAVANA CLUB Después del triunfo de la Revolución cubana en 1959, el clan Baracdí, fundado hacia casi un siglo y cuyos negocios estaban comprometidos con la corrupta política cubana de los años 50 y con el régimen que enlutó a la nación asesinando a 20 000 cubanos, huyó de Cuba retirando esta marca y todos sus derechos.
Havana Club, marca de rones cubanos propiedad de la familia Arrechavala, producida en el occidente del país y tradicional competidora de Bacardí, asumió el liderazgo internacional y la personalidad del ron cubano, el mejor del mundo, levantándose de la ruina y el abandono en que la dejaron sus antiguos propietarios, y del cerco y acoso que el bloqueo y la hoy compañía Bacardí-Martini le tendieron desde todas partes del orbe.
El necesario despegue del Havana Club necesitó financiamiento, tecnología y experiencia para conquistar mercados, todo lo que vino de la mano de la compañía francesa Pernod-Ricard.
Desde ese momento, el crecimiento de las ventas, el desplazamiento de Bacardí de los mercados, sus fallidos intentos de apropiarse de la marca, y el compromiso de los directivos de la empresa con la ultraderecha conservadora estadounidense y con la mafia anticubana, así como sus cuantiosos aportes financieros a las campañas republicanas en Florida, han nutrido los intentos de la compañía por despojar a Cuba de la marca Havana Club, registrada legalmente en Estados Unidos desde 1976.
Actualmente Barcardí, que ocupa una posición dominante en el marcado internacional del ron y domina el 49 por ciento de las ventas de este productos a Estados Unidos, intenta sacar a Havana Club International S.A. del mercado de los rones y en particular del norteamericano, al que podría acceder el producto cubano, una vez que las leyes de ese país lo permitan.
La compañía incluso ha anunciado su intención de comercializar en el mercado de los Estados Unidos un ron con la marca Havana Club, elaborado en Bahamas, que con una publicidad engañosa (Discover the flavor of old Havana) busca inducir la equivocación de los consumidores en cuanto al origen del producto, presentando a este falsamente como cubano.