Ardientes volcanes, espléndidas playas y caudalosos ríos son una constante en el paisaje natural de Costa Rica.
Las cristalinas aguas de fabulosas playas forman parte de su belleza natural.
Detalle de la fabulosa flora costarricense.

En un mundo marcado por la modernidad, por los grandes avances científicos y tecnológicos y por la agitada vida que distingue a las metrópolis de nuestros días, acercarse a Costa Rica es hacer un alto en el camino, olvidarse del estrés, y realizar un viaje a los orígenes para recuperar fuerzas, y una vez finalizado este recorrido de ensueño, regresar al diario bregar, como hombre o mujer nuevos.

Tal es la propuesta que ofrece este destino, en muchos sentidos inexplorado, y uno de los sitios más exóticos del mundo, donde el viajero podrá escoger entre múltiples opciones, y disfrutar del espectáculo que presentan los volcanes ardientes, las cristalinas aguas de fabulosas playas y caudalosos ríos, los bosques vírgenes, y una abundante fauna, conjunto singular que conforma una belleza natural impresionante, unido a los atractivos culturales del país, y a su gente cálida y hospitalaria.

La República de Costa Rica, de poco más de 51 mil kilómetros cuadrados de extensión y 4 millones de habitantes, se encuentra situada entre Nicaragua y Panamá, en el extremo meridional de Centroamérica. La mayor parte de su territorio está formado por elevaciones escarpadas entre los 915 y los 1 830 m de altitud; algunas cadenas montañosas se extienden a lo largo del país, como las cordilleras de Talamanca, la Central y la de Guanacaste. Los picos más altos son Chirripó Grande (3 819 m) y el volcán activo Irazú (3 432 m). Entre las cordilleras de Talamanca y la Central se halla el valle o meseta central donde se encuentra San José, la capital, y se concentra el mayor número de habitantes. A lo largo de casi todo el litoral del Caribe se extienden amplias llanuras costeras; las del Pacífico son más estrechas, y presentan numerosos entrantes marinos, el cerrado golfo de Nicoya, el profundo y abierto golfo Dulce y la bahía de Coronado. El río principal es el San Juan, que establece la frontera septentrional con Nicaragua.

El clima de Costa Rica es variado, según la altitud. Es cálido y húmedo en las llanuras costeras hasta los 1 000 m, con una temperatura media de 28 C. En el interior de la meseta central es más agradable, con una media anual entre los 15 y los 25 C. A partir de los 2 000 m de altitud el clima es frío, y la estación de lluvias se extiende desde mayo hasta noviembre, y son muy abundantes en la costa del Caribe. SAN JOSÉ, CIUDAD DE CONTRASTES La capital costarricense es el centro nervioso del país. Allí tienen su sede el gobierno, las finanzas y los sectores principales de la nación. En ella habita cerca de la mitad de la población. Moderna, acogedora y con un clima perfecto, muchos extranjeros la han escogido como lugar de residencia. Los viajeros quedarán gratamente sorprendidos al apreciar el contraste de una metrópoli de modernos edificios, con la existencia de bellas edificaciones de clásica arquitectura. San José es una ciudad ideal para recorrerla a pie, y usted puede mezclarse con su población desde las primeras horas del día con plena confianza. Si lo prefiere puede dirigirse a las oficinas del Instituto Costarricense de Turismo, donde amables empleados le proveerán de un mapa y orientarán sus pasos según los diversos itinerarios –a pie o en autobús- para conocer la ciudad, u otros lugares en destinos más lejanos. En el centro urbano no debe dejar de ver la Catedral, el Teatro Nacional, y los Museos Nacional, de Entomología y del Oro. Ellos albergan colecciones únicas del patrimonio arqueológico, histórico, religioso, artístico y natural de Costa Rica. UN SANTUARIO NATURAL Costa Rica posee una inmensa diversidad biológica y una gran variedad de hábitat debido precisamente a su posición geográfica. Tierra en la que convergen dos hemisferios y dos océanos, y debido a su singular topografía, proporciona a los turistas y visitantes asombrosas y contrastantes vistas y paisajes. Así mismo se enorgullece de poseer el mayor porcentaje (25%) de las áreas protegidas de Centroamérica: reservas forestales y biológicas, refugios naturales, y por supuesto, los parques nacionales. Por ello el principal atractivo de Costa Rica son sus riquezas naturales, que han impulsado la economía sin afectar la conservación del territorio, desarrollando el ecoturismo, que incentiva a los viajeros a aprender más sobre las maravillas naturales del país y respetar el medio ambiente durante su exploración. Este pequeño espacio de territorio le hacen poseedor de un inventario de riquezas naturales envidiable: 13 000 especies de plantas, más de 12 000 especies de mariposas diurnas y poco más de 4 000 nocturnas, 162 especies de anfibios, 220 de reptiles, 1 600 de peces de agua dulce y salada y aproximadamente 850 especies de aves, localizadas en un sistema nacional de áreas de conservación que incluye 17 parques nacionales, 8 refugios de fauna silvestre y otras tantas de reservas biológicas y naturales en los bosques. LUGARES INOLVIDABLES Usted puede organizar sus rutas según la dirección que escoja para sus días de aventura y relax. En la COSTA CARIBEÑA, la provincia de Limón alberga toda la costa atlántica del país. Puerto Limón es el sabor del Caribe. Su mercado es un mar de colores y olores, y su gastronomía es famosa en toda Costa Rica por sus platos a base de pescado y mariscos. El Parque Nacional Cahauita es uno de los más visitados por su arrecife de coral, sus extensas playas y su atractiva fauna. En el Parque Nacional de Tortuguero, una vasta llanura sembrada de pequeños conos volcánicos, habitan cuatro de las seis especies de tortugas marinas que aún existen en el planeta, y pueden también apreciarse monos de cariblanca, tapires y el raro manatí.

Si gusta de explorar en solitario, la Reserva Biológica Hitoy-Cerere es perfecta para evadirse, ya que su difícil acceso la aleja de las rutas convencionales. En este bosque húmedo podrá disfrutar de la presencia de monos, pájaros, ranas y la esquiva águila dorada. En la ZONA NORTE es visita obligada el Volcán Arenal, en actividad permanente desde 1968, con constantes explosiones de piedras y cenizas; espectacular en las noches, cuando cobra una belleza singular. La Reserva Biológica del Monte Nuboso de Monteverde, genuino enclave natural, es una selva húmeda de 10 000 hectáreas ideal para la observación de curiosas especies de flora y fauna, como el raro sapo dorado o el vistoso quetzal, ave sagrada de los mayas. GUANACASTE, antigua provincia nicaragüense, es un verdadero regalo para los amantes de las playas paradisíacas, el surf y el buceo: en la península de Nicoya puede visitar las de Naranjo, Paquera, Pelada, Guiones, Junquillal, Tamarindo o Coco. De octubre a marzo puede asistir a la puesta de huevos de la tortuga laúd en el Parque Nacional Marino de los Baulas de Guanacaste. VALLE CENTRAL: alberga altas cumbres, muchas de ellas volcánicas. Entre las que destacan el Poas y el Irazú. Desde este último en un día despejado puede verse tanto el Pacífico como el Atlántico, y el hermoso lago que llena su cráter. No deje de visitar Sachí, pintoresco pueblito de artesanos de la madera, donde podrá apreciar su trabajo y adquirir típicas miniaturas de la región. COSTA PACÍFICA: el Parque Nacional Manuel Antonio es muy visitado por su variedad de ecosistemas, donde se confunde el bosque tropical con hermosas playas de arenas blancas; buen lugar para practicar excursiones en kayac o paseos a caballo y admirar la fauna de la zona. Muy cerca, en Quepos se puede practicar la pesca deportiva. La auténtica diversidad biológica tiene su exponente más alto en el Parque Nacional Corcovado, donde habitan animales únicos, como guacamayos, iguanas, jaguares, tapires, osos hormigueros o aves acuáticas. Será un placer visitar Golfito, localidad portuaria situada en el golfo Dulce, típica ciudad de la costa del Pacífico.

Si de deportes náuticos se trata, Costa Rica ofrece múltiples opciones. Los viajeros amantes del surf podrán practicarlo en las playas de Potrero Grande, Playa Naranjo, Playa Langosta, Punta Guiones, Little Hawai y Playa Tamarindo, en la península de Nicoya (Pacífico), y más al sur, en las playas de Boca Barranca y Roca Loca. Zancudo y Pavones tienen fama mundial. Cerca de Panamá son recomendables las de Pan Dulce y Bahía Drake. En las costas del Caribe las mejores zonas son las de Manzanillo y Playa Bonita. Para los que prefieren el submarinismo, las cálidas aguas que bañan Costa Rica ofrecen excelentes oportunidades para realizar fascinantes inmersiones, en las que podrán encontrarse con tiburones, rayas, delfines, morenas y tortugas, que comparten el espacio coralino con gorgonias multicolores y gran variedad de esponjas. En la época de lluvias es posible encontrar algunas especies de ballenas, y el impresionante tiburón ballena, con más de doce metros, que lo hacen el pez más grande del mundo. Las mejores zonas de buceo son las penínsulas de Santa Elena y Nicoya y la playa de Cuajiniquil (Pacífico) y Puerto Vargas y la Reserva Nacional de Gandoca (Caribe). LOS SABORES DE LA TRADICIÓN En Costa Rica, la hora de la comida es algo sagrado y forma parte de la tradición familiar, de tal manera que a menudo se prolonga en animada charla. La alimentación es muy variada: arroz, judías, carne, pan, tortillas y frutas figuran ampliamente en la dieta. Es costumbre tomar en el desayuno gallo pinto, una mezcla de arroz y judías pintas. El casado, plato común en el almuerzo, se prepara con arroz, judías, huevos, carne y plátano. Es popular la olla de carne, un guiso de buey con papas, cebollas y otras verduras. Muy demandados en Pascua y Navidades resultan los tamales: empanadas de carne, verduras y harina envueltas en hojas de plátano y cocidas. Otros platos habituales son la lengua en salsa, el mondongo, el arroz con pollo y los gallos (tortillas con relleno de carne y verduras). La cena culmina bebiendo una humeante taza del renombrado café costarricense, que es uno de los principales cultivos del país.