Vacaciones de fin de año
La llegada de diciembre abre el período más esperado para el disfrute de unas merecidas vacaciones. Y el Gran Caribe, con su diversidad de destinos de sol y playa, reservas ecológicas o ciudades coloniales que atesoran inexploradas expresiones de la cultura, ofrece el ambiente ideal para esos días enteramente dedicados al pleno goce de la vida. El último número de 2004 de nuestra revista ofrece a sus lectores una selecta muestra de algunos de esos sitios privilegiados por la imaginación a lo largo del ano para la realización del viaje sonado, la excursión a ese lugar exótico donde el reposo y la diversión se combinan en cada jornada, con la promesa de nuevas y excitantes vivencias. En esta ocasión nuestro reportaje central incursiona en la fantástica ciudad de Puebla, de la que se dice fue tocada por los ángeles, y donde el viajero encontrará algunas de las verdaderas maravillas de la arquitectura y las artes plásticas de América, en un sublime entorno natural. Cuna del mole poblano, plato nacional mexicano, su gastronomía ofrece multitud de exquisitos manjares, capaces de satisfacer el paladar más exigente. Todo el cinturón centroamericano se integra en un solo destino, ahora mucho más cerca para quienes desde Europa podrán dar el esperado salto sobre el Atlántico, y sobre todas la ventajas de esta fantástica aventura podrá enterarse en nuestras páginas. Salvador de Bahía, primera capital de Brasil, evocadora de los días del deslumbrante descubrimiento por los navegantes portugueses de un pedazo del Paraíso en la Tierra, irrumpe en nuestras páginas con todo el colorido de alegría para su deleite, en una tentadora invitación a sumergirse en las aguas cristalinas de sus playas y sus noches de eterna alegría. También nos detenemos en uno de los eventos culturales caribenos de mayor convocatoria en la Mayor de las Antillas, la Feria Internacional de la Artesanía de La Habana, un magnífico pretexto para acariciar con la vista y llegar a poseer algunas de las piezas que suman a su objetivo utilitario un imperecedero valor artístico. El presentimiento de la alegría de las navidades y las fiestas de ano nuevo inunda nuestra imaginación y nos inspira a desearles nuestros mejores deseos de un feliz 2005.