- Un cofre artístico entre montañas.
TRASPASAR EL UMBRAL DE LA PUERTA DE CORFERIAS DONDE ANIDA ARTBO
DESDE SU NACIMIENTO, ES DIALOGAR CON LA MAGIA DE LA CREACIÓN CONTEMPORÁNEA
La hermosa capital de Colombia, Santa Fe de Bogotá, añadió desde el 2005 a sus consabidas montañas, rascacielos y hermosos paisajes urbanos un punto neurálgico más: la Feria Internacional de Arte denominada ArtBo, una cita importante del arte latinoamericano y universal, fundada y organizada por la Cámara de Comercio de Bogotá.
En esta edición 12, que apareció en el horizonte citadino del céntrico recinto ferial de Corferias entre el 27 y el 30 de octubre, se sumaron 74 galerías de reconocido trabajo y otras emergentes de cerca de 20 países de América Latina, el Caribe y Europa, y Estados Unidos. En total casi 3 000 obras pertenecientes a 500 artistas se expusieron en los amplios salones que cada año crecen y se diversifican en una amalgama de modernidad.
LA DIVERSIDAD LATINOAMERICANA
En ArtBo, cuya directora es desde 2011 María Paz Gaviria, se puso de relieve nuevamente, y en primer plano, la abarcadora mirada del arte latinoamericano: su diversidad, esa que la hace diferente y autóctona, en un encuentro que se encamina a enfocar las creaciones de esta parte del mundo, así como la vasta contemporaneidad que ilumina las piezas en un alto porciento vengan de donde vengan.
ArtBo atrae desde hace algunos años a personalidades importantes de las artes plásticas internacionales, curadores, directores de museos, instituciones, subastas, ferias, galerías, se dieron cita allí motivadas por lo que se puede reconocer-atrapar del arte nuestro y sus intérpretes.
El interés suscitado por el arte latinoamericano en el mundo llega desde muchos puntos de vista: producto de la misma luz nuestra, de la exuberancia de la naturaleza, del sentido lúdico que forma parte esencial de nuestro carácter y de esa mirada caleidoscópica que volcamos en incesante y prodigiosa reconfirmación y reinvención de la realidad que nos rodea y de las imágenes de nuestros sueños y memorias.
UNA MIRADA PLURAL
En esta edición llegaron también las huellas de otros grandes maestros, de la mano de las galerías presentes, que, aunque de otras regiones del mundo, trajeron nombres reconocidos y otros jóvenes talentos de Latinoamérica, como reafirmando el cauce abierto a nivel internacional por los creadores de acá. Una visualidad multiplicada, transformada en pinturas, dibujos, grabados, esculturas, arte objetual, performances, instalaciones y, muy particularmente en fotografía y video, que cruzan con un protagonismo muy particular en este tiempo, y la Feria lo confirmó.
Traspasar el umbral de la puerta de Corferias donde anida ArtBo desde su nacimiento es dialogar con la magia de la creación contemporánea. Desde hace mucho tiempo en América Latina se produce muy buen arte. En los años cincuenta y sesenta, con todas las vanguardias, el cinetismo, op-art, el constructivismo y el neoconcretismo, que ocurrían simultáneamente en Brasil, Argentina y Venezuela. También está la experiencia mexicana previa con la figuración y el muralismo. En los años setenta el arte conceptual de la región fue producido por excelentes artistas, y en la década de los ochenta empezó a atomizarse más la experiencia artística latinoamericana, ya no con movimientos específicos, sino con desarrollos particulares.
En los noventa se profesionaliza aún más, entendiéndose como inserción en el mercado y en la escena internacional, a través de la aparición de un círculo de galerías, coleccionismo e intercambio con curadores internacionales, en gran medida respondiendo más al espacio neoyorquino que al de Europa. Ya con el siglo xxi las galerías de la región se consolidan, y los artistas se posicionan más.
Ejemplos cimeros de estas tendencias y movimientos sobresalieron en la feria. Leon Tovar Gallery (Estados Unidos) acercó trabajos relevantes como los de los maestros Jesús Rafael Soto y Julio Le Parc, artífices en el continente y a nivel internacional de la corriente del op- art y el cinetismo, así como otros creadores ópticos de la talla de Víctor Vasarely, Luis Tomasello y Omar Rayo, las abstracciones geométricas de Edgar Negret, y el surrealismo abstracto de Roberto Matta. La Nueveochenta, de Colombia, estuvo liderada por uno de los nombres cardinales de la pintura de ese país: Ana Mercedes Hoyos, ya desaparecida, y quien hace algunos años expuso en el Memorial José Martí de La Habana una interesante retrospectiva de su obra.
La conocida creatividad del arte colombiano actual motivó en muchos espacios. Los célebres Nadín Ospina y Álvaro Barrios aterrizaron allí con la Galería El Museo de Fernando Pradilla, ataviados con esas obras que llegan desde nuestra idiosincrasia mezclada con el pop.
Igual hubo una gran participación brasileña. La Galería Raquel Arnaud llegó por vez primera de la mano de artistas contemporáneos y modernos, con énfasis en las piezas del constructivista Eduardo Sued y de Elizabeth Jobim, hija del conocido cantautor Tom Jobim. Otras instituciones trajeron artistas conceptuales, mientras que la Vermelho (Sao Paulo) decidió promover a creadores jóvenes con un componente figurativo.
El arte subsahariano y africano se mostró en la galería Sabrina Amrali (Madrid, España). Valga destacarse la presencia de la chilena AFA Galería, que mostró en su quehacer interesantes creadores de la sureña nación, a partir de técnicas interesantes como la colección de mariposas de Gonzalo Pedraza (caja acrílica con pinturas cortadas con láser). Esa galería tiene entre sus artistas representados a la multipremiada Paz Errázuriz, fotógrafa que es orgullo del continente.
Destacaron muchas otras llegadas de Suiza, Uruguay, Alemania, Francia, México, Perú, Guatemala…, que junto a las anfitrionas conformaron un hermoso arcoíris de formas creativas de hacer, vertidas en esta Feria ArtBo, que deslumbra a todos los visitantes y ya es foco de atención para el mundo. Y Colombia empieza a recorrer un interesante camino en aras de fortalecer y reavivar el arte.
CUBA EN ARTBO
Las galerías cubanas presentes —Habana y El Apartamento— aproximaron una muestra variada de lo que se hace hoy en la Isla, que motivó las miradas de los visitantes: Enrique Baxter con su labor de «pericia» en los dibujos y pinturas, alumbra tópicos como la ciudad, el tiempo, el diseño espacial, la imaginación, el paisaje… Él, junto con Alexander Arreche y
Yunier Hernández, participa con la primera, mientras que la segunda se iluminó con la presencia de dos artistas jóvenes de impacto: Diana Fonseca, quien trabaja a partir del «ADN» de la ciudad y arma sus obras con los restos de pinturas de exteriores de La Habana que coloca sobre madera y Ezequiel O. Suárez con sus atractivas técnicas mixtas y collage sobre papel donde construye un mundo singular, que hicieron de su stand un espacio innovador.
La revista Arte por Excelencias ocupó también un lugar destacado dentro del espacio dedicado a las publicaciones donde fue muy asediada en su stand que brilló con los carteles diversos sobre el arte cubano, en todas sus disciplinas.
Pero ArtBo es mucho más cuando en el recorrido se suman otros espacios además de la muestra principal, con secciones como Proyectos, Artecámara, Referentes, Sitio, Foro, Articularte, Libro de Artista, Proyectos gastronómicos...
Más allá de ArtBo, en el horizonte bogotano han surgido desde hace algunos años ferias paralelas donde se pueden reconocer otros artistas, maneras de hacer, tendencias… que terminan de armar esta inmensa y llamativa vitrina del arte contemporáneo que es también Bogotá.