Un entusiasta de los equipos automotrices pesados ha recreado en su casa numerosos modelos de estos vehículos, en miniaturas que se confunden con los gigantes originales.

Un entusiasta de los equipos automotrices pesados ha recreado en su casa numerosos modelos de estos vehículos, en miniaturas que se confunden con los gigantes originales. Quizá nunca lo hubiéramos conocido, pero las casualidades de la vida a veces ponen en nuestros caminos a personas fascinantes. Tal es el caso de Jesús Almeida, un habanero de 38 años que con sus manos “transforma el barro en oro”, y hace de cada pieza “inservible” una verdadera obra de arte. La pasión le viene de siempre, corre por sus venas como la sangre misma, aunque no fue hasta hace una década que decidió confeccionar sus propios “juguetes”. Sí, porque el niño que todos llevamos dentro –y que muchos dejan morir- en él se mantiene vivo, y según confesó a este reportero, es lo que le ha permitido hacer sus creaciones. Con tornillos, muelles, tuercas, madera, plástico, aluminio, cartón, calcomanías y cualquier otro material que sirva a su inspiración, Jesús recrea en casa equipos automotrices pesados, y todos los modelos realizan las mismas operaciones que sus pares reales. “Me decido por el modelo que más me guste en ese momento y comienzo mi trabajo. Hacer una miniatura me lleva de seis a ocho meses, porque a veces quiero usar algo en específico para recrear una parte determinada, y no continúo hasta que lo consigo”, confesó. Hasta el momento, en su colección figuran bulldozers, retroexcavadoras, camiones dumper de volteo, cilindros, tractores y motoniveladoras. Sin embargo, Jesús confiesa que la más ansiada miniatura aún falta en su colección: una grúa Kato. “Esa para mí es la más difícil de recrear y por eso me he tomado mi tiempo, pues quiero que me salga perfecta”, explicó. Esto es ante todo un hobby, porque amo los equipos pesados y recrearlos me permite estar más cerca de ellos. Quizá si tuviera acceso a más materiales podría hacerle a mis hijos más juguetes, pero con lo que tengo me conformo. Y por si fuera poco, no son solo los equipos pesados los que desatan las pasiones de Jesús, pues numerosas revistas automotrices son almacenadas en su colección privada como un tesoro de incalculable valor, entre ellas Excelencias del Motor. Así, concluimos nuestro diálogo con Jesús y le dejamos rodeado de curiosos, quienes al ver sus miniaturas mostraban una sonrisa infantil, acaso como señal de añoranza por un cajón de arena donde recrearse con estas maravillas.