Ford Thunderbird, una leyenda americana
Tras 15 años de su desaparición, el Ford Thunderbird sigue estando entre los autos clásicos americanos más buscados por los coleccionistas —junto al Chevrolet Corvette y el Cadillac—, principalmente los modelos fabricados en los años 50 del siglo pasado. Esta es la historia del auto que conquistó Hollywood en La belle époque del automóvil americano.
Cuando General Motors sacó el Chevrolet Corvette en 1953, Henry Ford II (nieto del fundador, quien se había hecho cargo de Ford Motor Company en 1945 al regresar de la II Guerra Mundial) aceleró la fabricación de «su automóvil deportivo» para competir con el Corvette en un mercado que era dominado por los deportivos británicos.
El nombre
Con la maqueta de arcilla terminada y la entrada en producción fijada para el otoño de 1954, en Ford no tenían aún un nombre para el nuevo modelo y, para solucionar el asunto, hicieron un concurso. Se recibieron unas 5 000 propuestas. Finalmente, Alden «Gib» Giberson, estilista del suroeste de EE. UU., sugirió Thunderbird, basado en una leyenda aborigen.
Dicha leyenda es de tribus nativas del desierto de Arizona y Nuevo México. Cuenta de un ser divino, Thunderbird, especie de espíritu invisible al ojo humano, que batiendo sus enormes alas creó el viento y el trueno, con lo cual dio al nativo americano el agua necesaria para vivir en el desierto, a donde el destino lo arrojó.
Sus creadores
A diferencia de General Motors, para crear el Thunderbird la Ford no hizo un deportivo, sino un automóvil personal de lujo. Un auto que estaba más a tono con las carreteras norteamericanas y coincidía con el americano de nivel medio. El Thunderbird era diferente al Corvette, desde su carrocería de acero hasta su motor V8.
El proyecto fue una obra compartida entre los ejecutivos Louis D. Crusoe y George W. Walker, apoyada por las ideas del diseñador Frank Hershey. Se presentó al público en 1954 y salió a la venta al año siguiente, 1955. Y está claro que no nació como un deportivo, pero tenía los valores del deportivo europeo: ligero, ágil y personal.
Características: lujo y potencia
El lujo se daba en la dirección asistida con su columna regulable, asientos y elevalunas eléctricos, el salpicadero acolchado y el volante cóncavo para la seguridad, así como techo extraíble de fibra de vidrio o, si lo prefiere, la versión de techo descapotable, ambos convertibles. «Un elegante biplaza con aire juvenil».
La potencia la ponía el motor V8 (293 plg3) que daba 198 HP en la versión de caja de velocidad automática (Ford-O-Matic) y 193 HP con la caja manual, ambas de tres marchas. Los propietarios describían al Ford Thunderbird como un auto que tomaba las curvas pausadamente, pero en las rectas era muy rápido.
El mercado
En los primeros diez días de comercialización del Thunderbird,
recibieron 3 500 pedidos, lo que superaba por mucho la acogida del Corvette dos años antes con 700 vendidos. El primer año, Ford vendió 16 155 unidades, sobrepasando la cifra de 10 000 planificada por la empresa para esa etapa. Su precio de salida fue de
3 000 dólares.
El Thunderbird estuvo por delante del Corvette. Durante esos años, los fabricantes iniciaron una especie de competencia por presentar «el motor más potente». El Corvette de 1953 a 1955 tuvo un motor L6 (235 plg3) con 155 HP, en 1955 puso un V8 (265 plg) con 195 HP. Para inicios del 56, Thunderbird montó un V8 (312 plg) de hasta 300 HP.
El cambio fatal
El Thunderbird era un éxito, no así su costo de producción. Cuando Robert McNamara llegó a la Ford, hizo cambios y en 1958 el Thunderbird dejó de ser un automóvil personal de lujo, ligero, ágil, para convertirse en un cupé de cuatro plazas. El diseñador Frank Hershey renunció. Y así, entre penas y glorias, el Ford Thunderbird sobrevivió hasta 1997.
Renacer y final
El modelo desapareció del catálogo, pero no del recuerdo (y deseos) del público. En 1999, Ford presentó en el Salón de Detroit un concept car al que llamó Thunderbird. Era una versión moderna de aquel biplaza de 1955-1957. Esta aparición entusiasmó a todos y en mayo de 2002 arrancó la producción de la generación Retro Bird del Ford Thunderbird.
Su comercialización alcanzó las 19 085 unidades. ¡Tuvo mayor venta que el primer Thunderbird! Su precio de salida: 40 000 dólares. La demanda era superior a la producción anual de 25 000 unidades, pero esa demanda disminuyó hasta caer en 2005 a 9 548 unidades. Fue el fin del Thunderbird.