En la capital, distintas rutas de ómnibus surgían ante las necesidades de la población; competían con los tranvías eléctricos, fuerza dominante en la transportación de la urbe. Guanabacoa estableció un servicio directo con el centro de la ciudad y llegó a tener dos rutas desde dicho municipio, la 3 y la 5.

La primera, fue el vínculo directo con la Playa de Guanabo cuando estableció la Ruta 3/62, conocida también por su emblemática estrella.

La conexión entre la Ruta 3 y esta nueva variante fue el paso decisivo para llegar a Guanabo, en particular los fines de semana. El servicio se fue perfeccionando mediante dos vías de acceso a la playa a partir del entronque de Bajurayabo; una por Campo Florido, con un recorrido más extenso hacia el este y otra por Jústiz, girando en forma más directa hacia el norte, con su famosa loma de Guanabo; un reto a la seguridad que bien sabían manejar los choferes de la 3/62.

Con los años, la Estrella tuvo vida propia y salía di-rectamente de La Habana, su paradero capitalino siem-pre estuvo en los alrededores de la Estación Central de Ferrocarriles.

Como miembro en su momento de la Cooperativa de Ómnibus Aliados (COA) formó parte de las Líneas que llegó a controlar Elpidio Núñez, dueño de la Ruta 4.

Eso le permitía que, en los domingos veraniegos, los ómnibus de esa ruta se incorporaran al servicio Habana-Guanabo, pues el tráfico Mantilla-Habana Vieja disminuía notablemente; ayuda muy apreciada por los usuarios del servicio.

Sus choferes han manejado, desde los viejos ómnibus con carrocería de madera sobre chassis Chevrolet; los Blue Bird, los GM 4-71 y 6-71: los Girón XI, variante criolla del Hino; los Ikarus y los BUSCAR, hasta los actuales Yutong, automáticos y con suspensión neumática. Ellos han obtenido el máximo de los equipos, trasladando esas virtudes de padres a hijos. Ese carácter familiar alcanzaba al personal de plataforma y los habituales pasajeros que a diario servían.

En más de un siglo, mucho ha variado el parque automotor de la Ruta. Afortunadamente, la relación de sus trabajadores con los pasajeros prácticamente ha permanecido igual.

So familiar to many locals, the Havana-Guanabo route is a journey emerged more than a century ago. In 1905 it was already a road from Campo Florido, Municipality of Guanabacoa, to Guanabo Beach, and from 1912, the road turned into a highway.

In more than a century, the motorway of the Route has varied a lot. Fortunately, the relationship of its workers with passengers has practically remained the same.