Este nuevo bólido de la casa alemana enclavada en Stuttgart, deriva de la nueva carrocería del Carrera 911. Además, viene con interesantes novedades como son los elementos aerodinámicos móviles y un   sistema que permite incrementar, durante 20 s, la presión máxima del turbo en la gama media de revoluciones (overboost).

 

La distancia entre ejes es 100 mm mayor que la versión anterior, con tracción y dirección en las cuatro ruedas. Se presenta con una potencia que sobrepasa 500 CV, una velocidad punta por encima de 300 km/h y un precio que frisa los 300 000 dólares. Esta vez, Porsche se ha preocupado por crear un coche elástico, que permita conducir suavemente (muy despacio) con un consumo de combustible bajo en condiciones de tráfico.

A eso se suma que se pueda acelerar a fondo en un circuito para alcanzar velocidades y pasos por curvas de espanto. Para eso cuenta con sistemas como: desacople del motor de la transmisión para  desplazamiento libre en las ocasiones que determina el calculador del coche, Start/Stop automático del motor en paradas que actúan desde velocidades inferiores a 7 km/h y un novedoso sistema que hace funcionar el auto al unísono con dos marchas engranadas, donde uno o los dos embragues patinan para reducir el régimen de revoluciones del motor. De esta manera el consumo medio homologado se reduce 16 % con relación en la versión anterior.

El propulsor es el emblemático motor Porsche de seis cilindros opuestos (bóxer) con un desplazamiento de 3.8 L, doble árbol de levas en cabeza (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro (24 en total), inyección directa y sobrealimentado por dos turbocompresores con tecnología álabes de posición variable,  extendida en los motores diesel, pero inédita en máquinas de gasolina. Genera una potencia de 560 CV a 6 000 rpm y un par motor máximo de 750 Nm que lo alcanza desde regímenes de rotación muy bajos (2 200 rpm).

El sistema de tracción total es nuevo (PTM), donde la fuerza entre ambos ejes se distribuye a través de un embrague multidisco con control electrónico y enfriado por agua. La caja de cambios es automática de doble embrague y siete velocidades (PDK), con dos funciones que se suman al trabajo clásico. La primera, de uso frecuente en las transmisiones más modernas, desconecta el motor de la transmisión en determinadas condiciones que permitan el desplazamiento del auto sin el freno que provocan los  engranajes cuando están conectados.

La segunda función sí es novedosa. Actúa cuando el coche viaja a menos de 65 km/h y sin pisar el acelerador a fondo. El sistema engancha dos marchas a la vez con ambos embragues acoplados.  El objetivo es obligar que el motor gire a bajas revoluciones –gobernado por la combinación más larga– pero que a la vez llegue más potencia a las ruedas, auxiliado por el par que proporciona la combinación más corta en la transmisión.

El Porsche 911 Turbo S tiene un sistema de eje trasero direccional. Cuando se viaja por debajo de 50 km/h las ruedas traseras giran en sentido opuesto a las delanteras. Si la velocidad supera 80 km/h, entonces las llantas del tren trasero voltean en el mismo sentido que las ruedas directrices, el ángulo de giro en la zaga es de 2.80. Se presenta, además, con un sistema aerodinámico activo que abarca el frente y la zaga. En el morro actúa un faldón retráctil con tres posiciones y un alerón trasero, también con tres ajustes. El alerón trasero y el faldón delantero operan de acuerdo con la velocidad o manualmente pulsando un botón que activa los beneficios del Sport Plus. Este regula, además de la aerodinámica, el cambio automático, el motor, la suspensión y el control de estabilidad.

Las llantas de aleación son de veinte pulgadas de diámetro y tienen la peculiaridad de ser acopladas con una sola tuerca central. Las luces de serie son LED, con un sistema activo que adapta continuamente la intensidad de la luz para lograr la mayor visibilidad sin afectar a los conductores que circulan de frente. De esta manera el Porsche 911 Turbo S carece de cambio de luz manual (corta y larga), una función que siempre se realiza automáticamente.

Este sistema también trae consigo iluminación dinámica en las curvas. El 911 Turbo S acelera de 0 a 100 km/h en 3.1 s y alcanza una velocidad punta de 318 km/h, cifras que lo colocan en una de las  alternativas más rápidas en su segmento. Todo ese potencial con un consumo medio homologado por debajo de 10 L/100 km.