Original, hasta la medula: Plymouth Belvedere 1956
A finales de los años noventa, el Papa Juan Pablo II realizó una histórica visita a Cuba. El Padre Osorio había decidido retirarse luego de ese evento y, entre otras cosas, comenzó a gestionar la venta de su Plymouth Belvedere 1956, fiel compañero de muchos años. Había sido su único dueño y buscaba alguien capaz de valorarlo y cuidarlo, en agradecimiento por tantos años de fiel servicio.
Casi por un milagro, llegó la noticia hasta Ramoncito, como todos conocen a Ramón Ventura. Laboraba, a la sazón, en un taller automotriz –es ingeniero mecánico– cerca de la iglesia del Padre Osorio y cuenta el buen estado que tenía el auto, pues la buena aura lo había mantenido lejos de accidentes, la corrosión y otros infortunios. Como tributo, Ramoncito conserva una pegatina alegórica a la visita pastoral colocada entonces por el Padre.
Por fortuna, este automóvil tuvo una vida tranquila –hasta parroquial– y luego encontró un apasionado de los autos clásicos que habría de mejorarlo aún más. Inscripto al Club de Autos Clásicos y Antiguos "A lo Cubano", desde hace diez años, ha ganado varios eventos y exhibiciones, siendo referencia por su nivel de conservación. Desde entonces, el Plymouth Belvedere ha mantenido una originalidad e hidalguía que lo distinguen
La carrocería ni necesitó reparación, solo algunos retoques y el trabajo de pintura que hoy exhibe. Su vestidura se renovó y mantiene toda la cristalería original de fábrica, aun en los ventíleles traseros, todo un detalle de este modelo.
En 1956, el Belvedere continuó como tope de gama en Plymouth. Detalles importantes fueron ofrecer la primera transmisión automática por botones de la industria, el Mayflower dejó de estar al frente como insignia y ese año, por primera vez, Plymouth ofreció cinturones de seguridad y tiradores en las puertas, en lugar de las manillas con botón de 1955.
Nos cuenta Ramoncito que reparó el motor, con piezas que adquirió del propietario anterior y otras que se dio a recolectar, pacientemente. Puedo atestiguar que suena deliciosamente, con suavidad y firmeza, esa mágica característica de estos motores. Siendo actualmente propietario de un taller de reparaciones y mantenimiento, especializado en sistemas de frenos, sobra decir que rectificó y reguló personalmente los del Belvedere, conservando los originales de zapata y tambor, con servo-asistencia.
Tanto mimo ha puesto en conservar la originalidad, que hasta mantiene neumáticos 6,70 x 15", la medida exacta de fábrica. Esto es algo poco común, pues muchos dueños emplean neumáticos con diseño y configuración más modernos, en busca de mejores cualidades tractivas o, sencillamente, mejor estética. Dentro, todo está tal cual era, incluido el radio original de válvulas al vacío de fábrica. ¡Y funciona!
Original to the Bone: Plymouth Belvedere 1956
In the late 1990s, Pope John Paul 2nd paid a historic visit to Cuba. Father Osorio had decided to retire after that event and, among other things, he tried to sell his Plymouth Belvedere 1956. He had been the car’s only owner and was looking for somebody to appreciate it and take good care of it, thus thanking so many years of loyal service.
Almost in a miraculous way, the word came to Ramoncito, as Ramon Ventura is popularly known. He was working in a car workshop –he is a mechanic engineer– near Father Osorio’s church and he saw that the car was in perfect condition, since the good aura had kept it away from accidents, corrosion and misfortune. As a tribute, Ramoncito still has the sticker pasted by the Father during the Pope’s visit. Fortunately, this car had a peaceful life –even a parochial life– and it later fell into the hands of a vintage car lover, who actually improved it.