Veinticuatro miembros del jurado, de hecho, le otorgaron la máxima puntuación al compacto galo, que sucede en el prestigioso galardón al Volkswagen Golf VII y se convierte, de paso, en el cuarto modelo de la firma francesa en alcanzarlo tras los Peugeot 504 (1969), 405 (1988) y 307 (2002).

Y eso que en el camino debió librar una feroz competencia contra otros 29 modelos de origen norteamericano, coreano, europeo y japonés comercializados en Europa a lo largo del año 2013, con rivales del calibre del utilitario premium BMW i3 o el tecnológico Tesla S. Pero argumentos tenía de sobra, y calidad y atrevimiento han sido las claves de su triunfo, gracias a la plataforma modular EMP2 del Grupo PSA, que le ha permitido adelgazar hasta 140 kg, al empleo de motores más pequeños con un gran equilibrio entre rendimiento y economía, así como un diseño fresco y juvenil, y un interior sencillo y práctico pensado para facilitar la conducción.

No en balde, el nuevo 308, fabricado en Sochaux, cuna histórica de la marca, ha logrado un éxito en ventas hasta la fecha, con más de 55 000 unidades vendidas desde su lanzamiento en el último trimestre del año pasado.

Al recibir el premio de manos de Hakan Matson, presidente del jurado, Maxime Picat, CEO de la marca, afirmó que "con el nuevo Peugeot 308 estábamos convencidos de haber dado un salto conceptual, tecnológico y de calidad, que le permitiría alcanzar muy pronto el podio en su categoría en Europa. Este prestigioso honor que recojo en nombre de todos los que han contribuido al desarrollo y puesta en marcha de este modelo, es la mejor confirmación".