Hay quienes transforman la chatarra de los autos en hermosas y colosales obras de arte, mientras otros utilizan desechos o materiales atípicos para construir verdaderas joyas, y así es el caso de Ernie Adams. 

Este mecánico, cercano a los 80 años, lleva tiempo creando con sus habilidosas manos, desde cero, réplicas de autos clásicos americanos a una escala menor. Para su confección aprovecha materiales que encuentra a su paso.

Todo puede ser reutilizado, hasta refrigeradores. Hay que tener mucha imaginación para visualizar de estos artefactos o chatarras un producto final: autos enanos o Dwaft Cars, que además son funcionales y pueden circular sin restricciones. 

El primero que construyó fue en el año 1965, una réplica de un Chevrolet de 1928 al que apodó Grandpa Warf y en el que empleó el acero de 9 refrigeradores. Luego le siguieron el Chevrolet Sedán de dos puertas de 1939, el Ford Convertible de 1942, el Ford Hillbilly de 1929, un Mercury Sedán de 1949, un Ford Sedán de 1934, un coche de carrera, y una nueva joya está en su producción. 

Su casa en Maricopa, Arizona, se ha convertido en un garaje-museo muy particular al que llegan personas de disímiles lugares y países. Los visitantes se quedan alucinados al ver la colección de sus autos enanos, los que exhibe con orgullo y con los que pasea a diario.

Ernie no piensa desprenderse de ellos no obstante las ofertas tentadoras que sigue recibiendo, pues, sin duda, los autos de este creador son todo un espectáculo digno de admirar y fotografiar.

ROLLING DWARF CARS 

There are people that turn car scrap into gorgeous and colossal artworks, while other enthusiasts use waste materials or atypical materials to make true gems. This is the case of Ernie Adams.

This mechanic has devoted his time and skillful hands to the creation of miniature replicas of vintage U.S. cars. He makes the most of every piece of material that can be reused. Dwarf Cars, which are functional and have no circulating restrictions, are the outcome of his art to make these peculiar vehicles, including a 1939 two-door Chevrolet Sedan and a 1942 Convertible Ford. Ernie Adams’ house in Maricopa, Arizona, has become a garage-museum that attracts visitors from different latitudes.