Entre lo Religioso y lo Pagano
Y al ritmo de las castañuelas «el diablico» sucio bailó y bailó, como si no fuera a detenerse nunca. Dejó escuchar el sonido inconfundible de sus castañuelas con el de un fuerte zapateo y golpes con la vejiga.
Así es la Fiesta del Corpus Christi, en la ciudad herrerana de Parita. La celebración se lleva a cabo 60 días después del Domingo de Pascua y es una fiesta destinada a celebrar la Eucaristía con la finalidad de proclamar y aumentar la fe en Jesucristo.
Los pariteños mezclan la fiesta religiosa con la pagana. Las celebraciones se inician con la misa en el templo colonial de Parita, seguida de la procesión del Santísimo y continúa con la presentación de diferentes danzas que le dan una gran vistosidad y colorido. Durante estos días se presentan al público los grupos: La Montezuma Española Pariteña, los diablicos limpios, diablicos sucios, la danza del Cumbembé y la danza del Torito Guapo.
Esta tradición viene desde el siglo XVI y en Paritas se ha rescatado trasmitiéndose de generación en generación. Se dice que fueron los sacerdotes dominicos quienes trajeron las expresiones de Corpus Christi a Paritas acompañados con las danzas, y a pesar de que han pasado muchos años, no se ha perdido ni la música que las acompaña, ni el colorido de los atuendos que se usan para bailar.
La danza de los diablicos suele acaparar la atención de los que participan de las actividades. Los hay sucios y los hay limpios, los últimos expresan el triunfo del bien sobre el mal. Sus personajes principales son el ángel y los diez diablos, que visten pañuelos de múltiples colores, con lo que cobran vida los bailes. Los visitantes de otras regiones pueden disfrutar de las fiestas con los lugareños, pues dentro de las actividades se prevé un desfile para el turismo.
Esta fecha, se celebra incluso en países como Austria, partes de Alemania y Suiza, Brasil, República Dominicana, Croacia, Polonia, Trinidad y Tobago y Portugal. En Panamá también se celebra en otras ciudades como en la Villa de los Santos, pero al decir de algunos historiadores panameños Parita fue el primer pueblo en Panamá donde se celebró la fiesta del Corpus Christi. El pueblo pariteño se nutre de un pasado cultural pletórico de riquezas étnicas y religiosas, costumbres que le confieren personalidad propia.
Hay diablicos sucios y los hay limpios, los últimos expresan el triunfo del bien sobre el mal. Sus personajes principales son el ángel y los diez diablos, que visten pañuelos de múltiples colores, con lo que cobran vida los bailes