«Quisiera ser recordada como alguien que trató de hacer lo mejor posible como médico y escritora»

Rosa María Britton, médico -oncóloga eminente- y fecunda escritora de gran éxito, es una figura indispensable en Panamá. Versátil, de variadas aristas, ha llenado múltiples espacios en la vida nacional, y en su momento, los avatares de la existencia la llevaron a Cuba, España, y Estados Unidos.

Autora de 15 notables obras literarias por las que ha recibido merecidos reconocimientos en su país y en el exterior, comparte el día a día, con su familia, sus pacientes, lectores, amigos…y asume responsabilidades tales como la presidencia de la Fundación de la Biblioteca Nacional. La Revista EXCELENCIAS se honra en traerla a sus páginas, y la invita a responder este breve cuestionario:

-¿Cómo logra hacerle frente a tal número y variedad de compromisos? «Es cuestión de disciplina y dedicación hacia aquello que me gusta hacer. Soy muy organizada, le saco provecho a las 24 horas del día. Aún al irme a la cama se me ocurren cosas, repaso discursos, organizo mi horario. En realidad, duermo poco, y no me gusta malgastar el tiempo en salir de tiendas o en reuniones sociales -como no sea para asuntos de la Biblioteca- y los fines de semana se los dedico a la literatura».

-¿Es común que dé muchas vueltas en su mente a un libro antes de escribirlo? «A veces la narración fluye, otras, me estanco y no veo el camino; así que dejo el proyecto por un tiempo y escribo otras cosas. Yo no me torturo ni sufro frente a la página en blanco. ¡Tengo tantas historias que me gustaría contar! El secreto está en encontrar la manera de hacerlo… esa mezcla entre realidad y fantasía».

-¿Qué libro le ha resultado más fácil de escribir, cuál el más difícil, y por qué? «El señor de las lluvias y el viento me salió muy fácil. Las imágenes se atropellaban en mi mente exigiendo su espacio, y lo terminé en seis meses. Sin embargo, No pertenezco a este siglo fue un verdadero dolor de cabeza. Me tomó cuatro años concluirlo».

-Usted se marcha de Panamá y luego regresa. ¿Qué ocurrió por el camino? «Mi papá, que era cubano, me mandó a estudiar -interna- a Cuba. Después a Madrid, a cursar estudios de medicina. En España me casé con un norteamericano y me fui a Estados Unidos, a hacer la residencia y la especialidad en oncología. Allí tuve a mis dos hijos. Y finalmente, regresé a Panamá en 1972 porque -algo chistoso- Carl, mi esposo, quiso venir a vivir aquí, y fue él quien me hizo retornar».

-¿Puede decirse que es una escritora feminista, y como tal se proyecta en la intimidad? «En mi casa hay armonía y amistad. Llevo 48 años de casada, tengo dos hijos con excelentes carreras, que aprovechan cada hora que tienen libre para visitarnos o llamar. Soy la que se ocupa de la cocina y la disciplina se la he dejado a Carl. Algo debo haber hecho muy bien en casa, a pesar de mis muchas ocupaciones; aunque preferiría que me recordaran como alguien que, en su paso por la vida, trató de hacer lo mejor posible, como médica y como escritora».