Re descubriendo el camino olvidado
Con peregrinos que van desde ciclistas australianos a la familia real belga, es innegable que en 2020 el Camino de Santiago de Compostela es conocido en todo el mundo.
De hecho, en 2019, a fecha de consulta en la Oficina del Peregrino compostelana, se habían concedido 342 586 Compostelas; unas 20 000 más que en el año anterior por las mismas fechas. Estos títulos, acreditativos de haber finalizado el Camino, solo se consiguen si se presentan sellos de haber recorrido por tierra al menos los últimos 100 km a pie o 200 km en bicicleta o a caballo; hazaña para la que los peregrinos están eligiendo rutas cada vez más especiales.
Este es el caso del Camino Olvidado, como se le conoce comúnmente en las tierras vizcaínas, burgalesas, cántabras, palentinas y leonesas por las que transcurre. Desde su origen, en la ciudad de Bilbao, recorre un total de 633 km hasta llegar a Santiago de Compostela; y está viviendo un inmenso aumento de popularidad gracias a sus paisajes de increíble belleza y reconocida tranquilidad.
Unos de los responsables de este paulatino aumento de interés en esta ruta xacobea es el GAL (Grupo de Acción Local) de Cuatro Valles, Burgos, quienes desde 2015 dedican gran esfuerzo a la comunicación y acondicionamiento para los peregrinos de las distintas etapas del Camino Olvidado; y acuden a ferias y eventos internacionales para dar a conocer la comarca y sus bondades. Otras entidades muy responsables del resurgimiento del Camino Olvidado son las Asociaciones de Amigos del Camino, que trabajan para recuperar las partes menos accesibles del Camino y ofrecer a los cada vez más peregrinos opciones que se adapten mejor a sus intereses de viaje.
Tanto el GAL Cuatro Valles (con cuyos representantes pudo hablar Excelencias Turísticas) como las Asociaciones de Amigos del Camino tienen como objetivo lograr el reconocimiento por parte de la Catedral de Santiago para esta histórica, pero todavía poco conocida, ruta xacobea. Para ello, están trabajando en un modelo de cooperación transfronteriza con Portugal, similar al que se viene utilizando en el turismo termal; con el objetivo de diversificar los peregrinos que descubren y caminan el viejo Camino Olvidado.
A lo largo de esta ruta, también llamada Camino Viejo de la Montaña, los peregrinos con inclinaciones históricas o artísticas estarán satisfechos de saber que caminan sobre, o al menos junto a, restos de antiguas calzadas romanas. Además, alrededor de las mismas se pueden encontrar bellas iglesias y ermitas románicas, sencillas pero llenas de iconografía compostelana, en bastante buen estado de conservación.
A nivel escénico, el Camino Olvidado es también una fantástica opción. Este pedazo de la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica es especialmente conocido por su tranquilidad y riqueza natural, y entre otros atractivos escénicos permite conocer el puente de las Oleas, el pueblo de Balmaseda, la ermita de Taranco o el camino natural de las vías de ferrocarril de Santelices.
Por si esos atractivos fueran poco, esta ruta, este Camino Olvidado a Santiago, tiene un especial interés para los peregrinos modernos. Es, junto con los Caminos Primitivo y de la Costa, una de las rutas jacobeas más antiguas de las que se tiene constancia; ya que, a lo largo de los siglos IX a XII, fue la entrada original desde Francia hasta la tumba del apóstol Santiago. En 2012 comenzó la fase de reconocimiento para que se lo distinga como Camino oficial a Santiago, y desde entonces su popularidad no ha hecho más que crecer.
Para saber más, el link oficial de esta ruta es: www.viejocaminodesantiago.com