Para Habanos S.A., la ocasión no podía pasar sin el realce merecido. De ahí el lanzamiento de la vitola Robustos T, arropada en elegante tubo de aluminio. Se trata de una de las marcas menos antiguas en la Isla, creada en 1969, y que recrea la clase, el abolengo y la elegancia por la que es reconocida la ciudad cubana de la que ha tomado el nombre, una de las primeras villas fundadas por los españoles en la mayor de las Antillas, a la que por sus valores arquitectónicos e históricos, la UNESCO le confirió la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Un camino muy distinguido En la misma fábrica donde se elabora el Cohiba nació, en 1969, la marca Trinidad, que comenzó su andar en exclusivo para el disfrute de personalidades y con una sola vitola, Fundadores; la cual el Consejo de Estado cubano solía obsequiar a reyes, presidentes, primeros ministros y otras celebridades y amigos del mundo. Cuando apareció finalmente en el gran mercado, en febrero de 1998, desde su inicio acaparó preferencias entre los más exigentes fumadores. Con estos antecedentes triunfales, en 2003, la marca creció en tres nuevos formatos: Reyes, Coloniales y Robustos Extra; y para ese lanzamiento fue elegido el exigente mercado inglés, en total primicia. Sus envases contienen 12 y 24 de estas joyas de clásico aroma y fortaleza de sabor medio. Una acción que volvió a poner en alto el prestigio de la marca fue el lanzamiento en 2007 de la edición limitada de Trinidad Ingenios (cepo 42 x 165 mm). En el marco del XI Festival del Habano, para celebrar el 40 Aniversario de creación de la marca y el décimo de su comercialización, Habanos S.A. hace la presentación oficial del Robusto T (cepo 50 x 124 mm), toda una promesa para sus seguidores, con el encanto adicional del empaque en tubo para camadas de seis unidades en cajones de madera.

Para los visitantes la ciudad es como un viaje en el tiempo, y entre descubrimientos y placeres pueden regalarse, además, humos de la selecta marca Trinidad que también en ese territorio de Cuba, comercializa Habanos S.A

Trinidad constituye una de las marcas más significativas y lujosas entre los habanos, tanto por su calidad como por su historia, que toma el nombre de una de las ciudades cubanas más atractivas por su bien conservada arquitectura colonial. Estos habanos satisfacen los gustos más exigentes de dignatarios y celebridades, y les brindan el placer de poder tener en los labios la mejor pieza para los mejores humos. Santísima Trinidad de Cuba, sueños de azúcar y tabaco Trinidad es un lugar verdaderamente interesante, sobre todo para quienes quieren soñar y regodearse entre los aromas de la caña de azúcar y el tabaco, por ser un sitio único e irrepetible. La parte vieja de la villa impresiona por sus piedras de río, que tapizan sus calles, capaces de recrear la mirada y permitir a la imaginación trasladarse en el tiempo, como en un viaje al pasado. Y es que las piedras constituyen el símbolo clave, pues enlazan mar, río y ciudad, encanto adicional y particular de la villa, impecable muestra de estilos a partir de balaustradas, barandas, rejas, dibujos, sillas, portales y techos de tejas rojas acanaladas. El 23 de diciembre de 1413, en su trasiego hacia la Bahía de Jagua, llegó el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar a la futura Trinidad. Luego escuchó, junto a 20 de sus hombres, la primera misa en el lugar oficiada por Fray Juan de Tesín, su capellán. Nombró a la ciudad Manzanilla y permaneció allí hasta fines de ese año. La villa fue próspera, pero en 1518 Hernán Cortes casi la despuebla en su empeño de buscar seguidores para la conquista de México. Entre 1579 y 1585 fue repoblada por españoles y se le concedió el título de ciudad. Tabaco, cueros y carnes saladas caracterizaron su comercio. Desde 1673, el azúcar fue el signo que marcó el territorio de haciendas, hasta tener su Valle de los Ingenios o la Torre Manaca-Iznaga, como símbolos del auge del dulce. En la segunda mitad del siglo XVIII se añaden la cera, la miel y el café a sus renglones económicos, haciéndola nuevamente próspera. Pero con el tiempo quedó como olvidada, detenida en un punto lejano del pasado, lo que junto a la deficiente red de comunicación por tierra, permitió que se conservase casi intacta, con sus artesanos y pobladores dentro. Hoy es un lugar muy atractivo para el turismo, por lo que acompaña en buena ley a los habanos de este nombre, con todo el encanto de sus mensajes de pasión y sortilegios, junto a hoteles como Ancón, Las Cuevas y Costa Sur, entre otros, que acogen los visitantes que llegan a la ciudad para hacer un viaje en el tiempo y entre descubrimientos y placeres, regalarse además, humos excelsos de la selecta marca Trinidad que también en ese territorio de Cuba, comercializa Habanos S.A.

Trinidad es un lugar verdaderamente interesante sobretodo para quienes quieren soñar y regodearse entre los aromas de la caña de azúcar y el tabaco, descubriendo los encantos de una típica ciudad colonial cubana