Durante siglos las haciendas azucareras de Martinica fueron el motor para la economía de la isla. Entre sus magníficos jardines y sus plantaciones, entre las historias particulares de aquellas familias se fraguó la historia martiniquesa.

Para entender mejor todas estas haciendas de la isla antillana conviene recordar que la caña de azúcar ha sido uno de los principales motores de la economía local desde el siglo XVII. A medida que las explotaciones agrícolas crecían aumentaba la importación de esclavos para trabajar estas tierras y Martinica se convertía en un centro vital de toda esta parte del Caribe. Unas cuantas familias controlaban grandes extensiones de la isla y su riqueza les permitía pasar largas temporadas en Francia.

Clément y la historia

La Hacienda Clément, en la ciudad de Le Francois, funcionaba como instalación azucarera desde 1770. Queda patente el lujo y la magnificencia de la vida cotidiana por las mesas de madera maciza, objetos en plata, espejos, madera de teka de Isla Mauricio... Las fotografías expuestas en sus paredes reflejan la historia de Martinica: explican que primero se transportaba la caña en mulos, después llegarían unas pequeñas locomotoras de vapor y en los últimos tiempos aparecieron los modernos tractores. También se puede ver el rostro del principal artífice de esta compañía, Homère Clément, cuyo retrato cuelga en una de las salas. Los antiguos ingenios azucareros, los almacenes de inmensas cubas donde caben varias personas dentro, y las maquinarias antiguas convertidas en piezas de adorno en los jardines son algunas de las curiosidades de Clément.

Leyritz, museo de las plantaciones

A través de paisajes espléndidos se llega a la Plantación Leyritz en el nordeste de la isla cerca de la localidad de Basse Pointe. Sus antiguas residencias se han reciclado en un hotel de lujo y un restaurante. La compañía ha organizado también un pequeño museo con una colección de muñecas victorianas y objetos que recuerdan la vida de la plantación. In a certain way, these plantations continue being today a significant point of attention when you visit Martinica, though time has transformed them. There is a better understanding on the haciendas located in this Antillean island and that could be grasped when we are recalling that sugar cane has been one of the main engines of the local economy from the 17th century. As long as the lands devoted to agriculture increased in the area and slaves were brought to work on the land, Martinica turned into a vital center of all this part of the Caribbean. Just few families as owners controlled the large extension of land in the island and their wealthy status allowed them to travel and to stay in France for a long period of time.

Clément and History

Clément Hacienda located in Le François, operated as sugar facility since 1770. Luxury and everyday life's magnificence is apparent for the fine and robust wooden tables, silver artifacts, mirrors, teka woods from Mauritius Island... The pictures hung on the walls reflect the history of Martinica: they show that slaves used to carry the sugar cane on mules and then they were transported on steam locomotives and recently modern tractors can be seen in the plantations doing this job. Also the countenance of the main mastermind of this Company, Homère Clément can be seen in a portrait hung on a wall. The old sugar cane mills, the warehouses, of large vats where several people can fit inside and the old machines have been turned into decoration pieces in the gardens as one of the curiosities found at Clément. Leyritz, the Museum of Plantations Through a splendid landscape of plantations of sugar cane and bananos you can arrive to Leyritz, located in the northeast of the island of Martinica, near Basse Pointe locality. Its former residences have been recycled into a luxurious hotel and a restaurant. Those in charge of the Company have also organized a small museum exhibiting pretty Victorian dolls and artifacts, where remain the memory of the days lived in the plantations.