La langosta
Una Reina Cubana por la Gracia de su Sabor. Entre los incontables tesoros que la Naturaleza regaló a Cuba, hay uno muy distinguido por los “gourmet”: la langosta.
El orígen de la captura de langosta en Cuba está asociado a la fundación de los primeros asentamientos pesqueros. Hay indicios de que en el siglo XIX su deliciosa masa se empleaba como carnada para pescar, para tal quehacer el pescador se valía de diferentes artes de pesca. En la segunda década del presente siglo, comenzó a introducirse en su pesquería el chapingorro, vara rematada en una bolsa o ‘jamo’. En el orden industrial, no es hasta 1933 que surge la primera planta para el proceso de la langosta. Ocurrió en el villorrio pesquero de La Coloma, al Sur de Pinar del Río, y quince años más tarde sumaban nueve las instalaciones dedicadas al enlatado de masas, por entonces la única forma de exportarla exclusivamente al mercado norteamericano. Sin embargo, diferentes factores socioeconómicos frenaban el desarrollo técnico-pesquero del país, y en especial el langostero. Ello obedecía al severo esfuerzo para capturarla y el bajo precio en el mercado interno, lo cual desestimulaba la creación de artes de pesca más productivos. Renovación en la industria pesquera Con la aplicación del sistema cooperativo a partir de 1959 se produce un giro de 180 grados en todo lo concerniente al mar y la pesca. El establecimiento de precios fijos a las especies se tradujo en el empleo de artes más productivos, lo que unido al otorgamiento de créditos a los pescadores, el mejoramiento de sus viviendas y embarcaciones más apropiadas para el trabajo marino en general, permitió un rápido despegue. A partir de ese instante es que la langosta cubana, se abre paso en el mercado internacional en variadas formas. Desde hace varios lustros los investigadores cubanos recomendaron que las pesquerías langosteras en la plataforma no excedieran las 10.000 toneladas anuales, con el ánimo de evitar una innecesaria sobrexplotación del recurso. Viva... pero no coleando El proceso de la langosta viva esta regido por normas muy precisas. Tanto es así que los patrones y tripulantes encargados de su captura componen un grupo selecto, y los ejemplares aptos son trasladados a puerto en contenedores especiales, donde permanecen entre 48 y 96 horas. Aquí permanecen dicho lapso en estanques de reposo atendidos por técnicos que controlan la oxigenación, temperatura y los adecuados niveles de salinidad y humedad. Antes de partir hacia su destino final, la langosta es previamente adormecida en agua a unos cinco grados centígrados; letargo del cual sólo regresara cuando se halle a miles de kilómetros de su hábitat original.
LANGOSTA A LA NARANJA
Para prepararla se necesitan tres langostas medianas, dos tazas de mayonesa, tres cucharadas soperas de jugo de naranja, una cucharadita de katchup, una cucharadita de cogñac, whisky o ron, sal y pimienta blanca molida al gusto. Para seis personas tomamos tres langostas enteras. El primer requisito es su descongelación. Acto seguido se corta a lo largo la langosta y se extrae el aparato digestivo cuidando de no eliminar la grasa adherida a la cabeza, pues esta aromatizada la carne al mezclarla con la pimienta blanca y el jugo de naranja. Una vez ‘marinada’ de esta suerte se le agrega la mayonesa, la que se mezclará con los restantes ingredientes hasta adquirir cuerpo como para cubrir el carapacho que aloja la carne. Por último, se adorna con naranja Suprema.
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