Un paraíso natural y multicolor
El área natural de Soroa comprende más de veintisiete kilómetros cuadrados de montañas boscosas, valles y corrientes fluviales. Sus límites son: al norte, sierra de Naranjo Dulce; por el este, porción occidental de la cuenca del río Bayate; al sur, la llanura meridional de Pinar del Río, y por el oeste, la cuenca del río Hondo en su extremo oriental.
Esta pintoresca región está identificada fundamentalmente por el valle fluvial intramontano de Soroa, donde corren las aguas del río Manantiales, imponiendo un toque llamativo a la naturaleza del lugar.
Las montañas de la zona han sido bautizadas con diferentes nombres a lo largo de su poblamiento, destacándose: Naranjo Dulce, al norte; Tres Picos, La Caoba y Miracielo, al este; Cansa Vaca, El Mogote y la loma del Fuerte, al sur; Vista del Águila y Brazo del Nogal, por el oeste. Al centro, se alza la sierra de Barrabás.
Las características del relieve, la hidrografía y la flora posibilitan la existencia de un microclima. La temperatura media alcanza valores de 23 0C; la humedad relativa se halla comprendida entre 80 y 85 %, debido a la presencia de tupidos bosques y vías fluviales. Todos estos factores se conjugan para que la estancia sea agradable y se respire aire purificado gracias al libre intercambio atmósfera-bosque.
Atendiendo a las precipitaciones y temperaturas registradas se definen dos períodos climáticos; uno fresco y seco que se extiende desde noviembre hasta abril; otro cálido de mayo a octubre. Las precipitaciones en la temporada de lluvias se elevan hasta 2300 mm, en el verano toman gran singularidad, pues al cesar éstas, sobre todo en los atardeceres, suelen originarse arcoiris hermosos cuyos colores se funden con los matices de la vegetación.
La temperatura mínima mensual promedio, sucede en enero, con registros cerca de los 18 0C. Estos cambios en la zona no son desagradables, todo lo contrario, los días y las noches se alternan en un ambiente seductor.
La exuberante vegetación del área se clasifica como bosque semideciduo14 , que protege los suelos de la erosión, mantiene la estabilidad del clima y embellece el paisaje.
Su flora más representativa está compuesta por: el esbelto macurije (Matayba oppositifolia, A. Rich.), la yaya (Oxandra lanceolata, Sw.), fornidos algarrobos (Samanea saman, Merr.), la invasora pomarrosa (Syzygium jambos, L.), apetitosos mangos (Mangifera indica, Lin.), las bicolores yagrumas, el sobrio yamao (Guarea trichilioides, Lin.), los rojizos cedros (Cedrela mexicana, M. J. Roem.), la gallarda palma real, así como, perfumadas flores mariposas (Hedychium coronarium, Koenig.).
Su fauna, similar al resto de la Sierra del Rosario, está compuesta por aves, moluscos, reptiles y mamíferos. Entre las primeras encontramos, el Tocororo, los carpinteros, las bijiritas, el Tomeguín del pinar y el de la Tierra (Tiaris olivacea), diferentes tipos de palomas, el Zorzal real (Mimocichla plumbea), el Pitirre guatíbere (Tyrannus caudifasciatus) entre muchas, además es el paraíso de las mariposas, con más de catorce especies. Abundan la Jutía carabalí y el Majá de santamaría (Épicatres angulifes).