UN nuevo descubrimiento, el temor ante lo desconocido, la exuberante vida que late en los fondos marinos y esa sensación de libertad, unida a una creciente seguridad en tus destrezas y potencialidades, te hacen pensar que al fin has logrado encontrarte a ti mismo en ese mundo del aparente silencio, y digo aparente, porque bajo el mar existen infinidad de ruidos, muchos de ellos de incierta procedencia Se dice que puede oírse un pez masticando, el despliegue de los tentáculos de un pulpo o el agua caer sobre la superficie cuando llueve. El buceo deportivo se puede convertir en una necesidad vital. Así, lo mismo que los fanáticos del coleccionismo gastan fortunas en un sello, un caracol, una vitola o un modelo de coche, los buzos viajan miles de kilómetros por el placer de admirar el "Stavronikita" –barco hundido de mayor tonelaje que se halla en los fondos marinos del Caribe (Bahía de Carlisle)–, junto a las costas de Saint James, o penetrar en el famoso "Agujero Azul" de Belice –cueva submarina con magníficas formaciones de estalactitas– o en sus tres inmensos atolones de coral; también viajar al estado de Quintana Roo, cerca de Cancún, en especial al parque de Xcaret, con su atracción más popular, el Río Subterráneo, que permite profundizar en los ríos de Yucatán, o viajar a las Bahamas a dar de comer a los tiburones. Por otra parte, nadar con delfines y ballenas, explorar barcos hundidos, rescatar tesoros o hasta trabajar en plataformas marinas, resultan aventuras, para las cuales ninguna contrariedad es considerada invencible. El Caribe es uno de los mares más hermosos de para bucear. Ofrece un panorama único por la belleza de sus fondos, heterogeneidad de su flora y fauna submarina, transparencia de sus aguas y la extensión y variedad de las formaciones coralinas que, por sus características, están consideradas como una de las reservas más grandes del Planeta, sólo superada por la Gran Barrera Australiana.

La noche y el buceo, una experiencia inolvidable Generalmente, cuando se piensa en este emocionante deporte, nos trasladamos a un día de espléndido sol y cielo azul; pero...¿y qué decir de un buceador nocturno en aguas caribeñas? Las entrevistas realizadas a varios especialistas, en especial a Alfredo Contreras Guitián, del Centro Internacional de Buceo Barracuda de Varadero, y aquellas disfrutadas a través de la lectura, nos permiten aventurarnos en un mundo de sensaciones, en el que experiencia e imaginación marchan de la mano. Existen en el mundo infinidad de buzos certificados, y para todos, resulta un privilegio la posibilidad de penetrar en los secretos del océano. Cada inmersión es siempre nueva: ansiedad, nerviosismo, incertidumbre, temor; nunca sabes lo que vas a vivir en las profundidades, qué peligros te acechan, ni cómo vas a reaccionar ante ellos; de ahí que esta manifestación deportiva exija preparación mental –es necesario un elevado nivel de concentración– y física, en especial si se trata de la modalidad de buceo nocturno, para la cual se requiere de una experiencia acumulada que implica generalmente una calificación como buzo "Open Water" u otra categoría equivalente. Cuando llegas al sitio elegido y echas ancla, después de escuchar las advertencias del instructor experimentas la sensación de que el mundo te pertenece; entonces, revisas todo el equipo, te ajustas el visor y el traje de neopreno, respiras profundo y te lanzas al mar con tu pareja. El buceo es una actividad que debe realizarse siempre en pareja y cuando se trata de la modalidad nocturna, esto deviene exigencia, pues para estas inmersiones especiales se requieren técnicas también especiales, acompañadas de un adiestramiento adicional; de modo que la pareja se protege, acompaña y vigila. Aunque la visibilidad de las aguas del Caribe generalmente no hace necesario que la pareja descienda amarrada por una especie de cuerda o cordino, en otros lugares, donde la visibilidad es menor sí deben permanecer unidas y atadas a un cabo. El lugar de buceo, debe ser conocido y explorado previamente, para evitar riesgos innecesarios. Por otra parte, la luz artificial es imprescindible. Cuando te sumerges con linterna en mano, olvidas preocupaciones que no puedes evadir fácilmente, para concentrarte sólo en ese cosmos de burbujas que indica que te has adentrado en un universo diferente . El primer impulso es el de luchar, moverte indiscriminadamente, sin tener en cuenta, por ejemplo, que si llenas demasiado tus pulmones, se dificulta el descenso. El quid de la cuestión es tener conciencia de que te mueves en un mundo tridimensional que exige relajación. Al fin te percatas de que no tienes que hacer ningún movimiento brusco; sólo llenar y vaciar los pulmones para subir, bajar, o simplemente cambiar de posición. "Imaginas que volar será una sensación muy parecida a la que experimentas. El indicador más importante de que estás abajo en cuerpo y espíritu es el nivel de tus voces internas, que empiezan a atenuarse". Cuando desaparecen, empiezas a disfrutar plenamente el maravilloso espectáculo que se muestra ante ti. Con los sentidos alerta, percibes os extraños ruidos nocturnos del fondo marino y comienzas a descubrir un nuevo y singular universo donde pulula la vida en variedad de formas y colores. De día, muchos de los organismos que tienen su hábitat en los fondos marinos están escondidos dentro de las oquedades, cuevas, caracoles, o bajo las piedras, como muchos moluscos y gusanos; pero cuando te sumerges durante la noche tienes la oportunidad de observar y palpar la verdadera vida del mar. Muchas especies abandonan su inmovilidad y salen de sus escondites ¿Cuántas veces ha pasado por tu lado un cáncer de mar sin que hayas notado su presencia?. Sin embargo, de noche, éste se abre como una estrella formando grandes tentáculos; lo ves orientarse hacia la corriente y alimentarse de organismos que al pasar, quedan adheridos a sus tentáculos. Observar la vida nocturna de los crustáceos es un verdadero privilegio ya que casi todos están ocultos de día. En las noches se observan incandescencias emitidas por arbustos, el plancton y otros ejemplares que, pese a la ausencia de luz, han conseguido burlar las órdenes de la naturaleza y ofrecer un espectáculo increíble. Es entonces cuando todos salen: cientos de camarones, langostas que abandonan sus cuevas y caminan sobre los corales dispuestas a la caza; peces de variadas formas y colores. Cuando los alumbras ves y sientes sus ojos fosforescentes que, al contacto con la luz artificial, crean un cuadro no logrado ni en las mejores pinturas surrealistas. La noche y con ella tú, también son testigos del despliegue de vida de los pulpos, que se camuflan durante el día, pero que en la noche nadan libremente, con sus colores reales. Anguilas, morenas, infinidad de variedad de peces, mantas como sombras que aparecen y desaparecen, caracoles que se desplazan por la arena del fondo, barracudas que te siguen a unos pocos metros de distancia, crustáceos, formaciones coralinas variadas, plantas fosforescentes, todo se integra en las profundidades para darte la impresión de que estás en otro planeta. Sabes que posees una linterna con un cono de luz pequeño a pesar de su potencia; pero también sabes que 5 o 6 metros más allá ignoras lo que hay; puede que aproximadamente a esa distancia esté nadando un gran escualo y un escalofrío te recorre. En medio de esa vida nocturna, la luz artificial te permite captar los colores; se aparta el velo gris que tiende a aumentar a medida que se alcanza mayor profundidad, para dar paso a un mundo iluminado que oscila entre mito y realidad. Cuando se inicia el ascenso, sabes que tu mundo se ha enriquecido, te sientes seducido por el mar con sus juegos de texturas, formas y colores. Las anteriores son experiencias y sensaciones vividas por buceadores profesionales en las aguas del Caribe. Porque uno y diverso a la vez, El Caribe es un gigantesco sitio para el buceo deportivo en sus diferentes modalidades. Las islas que lo integran forman un arco de 2400 km. Cada lugar, con sus particulares atractivos, puede ser escogido para su nocturna excursión submarina.

El lugar para bucear Además de muchos de los sitios ya mencionados puede usted aventurarse por otros cuyos atractivos lo seducirán. Así, viajar a Puerto Rico, con cinco siglos de historia que yacen entre los arrecifes del suelo marino y sumergirse en los paraísos submarinos de la costa este, donde el mar Caribe queda separado del Océano Atlántico por una serie de islas que conducen a Culebra, para luego bajar hasta sus profundidades y explorar su sin igual panorama de arrecifes de coral, o lanzarse a la búsqueda de tesoros milenarios, como el que representó el hallazgo, en la costa de Isla Verde, de un cañón de 500 libras perteneciente a un barco que naufragó durante la invasión danesa a la isla en 1625 –hoy en exhibición permanente en el Fuerte de San Gerónimo– resultan aventuras fascinantes, más si el escenario es la noche. En Venezuela, el Archipiélago de Los Roques, situado en la misma línea de las islas Aruba y Curazao, es una auténtica joya. La meseta submarina, ha permitido el desarrollo de comunidades coralinas muy diversas entre sí. El buceador encontrará, desde arrecifes compactos, con una cobertura muy densa y variada, colonias aisladas de corales pétreos, hasta laderas escalonadas con cuevas que dan al mar abierto a lo largo de la barrera Sur. Aquí se hallan casi todas las especies de corales del Caribe. Por su parte, en las islas de Gran Caimán, existe la posibilidad de bucear entre grandes paredes verticales, cuyos bordes se comienzan a observar a 8 m de profundidad, llenas de grutas, cañones, túneles, cuevas, meros tropicales y atúnidos, entre otras especies muy coloridas. En Cozumel, Parque Nacional desde 1996, vecina a Cancún, destaca Plancar, su área más visitada, que se ubica a 2 km de la costa y es conocida como "el gran cañón submarino". Es posible encontrar corales negros y rojos, esponjas de variados colores, variedad de peces, tortugas, rayas y tiburones inofensivos para el ser humano, entre otras especies. Cuba, por su parte, constituye un inigualable destino para la práctica de buceo en la diversidad de sus modalidades. Rodeada de mares apacibles y una temperatura promedio anual de 24 grados centígrados, en sus 60.000km cuadrados de plataforma insular cuenta con áreas de exuberante vida submarina; 850 km de hermosas barreras coralinas y un extraordinario sistema ecológico donde se reúnen 778 especies. En el Archipiélago Sabana-Camagüey se encuentra la mayor parte de estos arrecifes, considerados por los expertos como la segunda barrera coralina del mundo, con sus 450 km. En Yen Faro Luna, en Cienfuegos, se encuentra el coral Nuestra Señora del Caribe, de cerca de 14 m de altura, formación tipo columna, considerada la mayor de todo Centro y Sudamérica.

cursos y certificados En las distintas regiones bañadas por el Caribe, hay agencias, empresas, marinas que ponen a disposición de los turistas variedad de ofertas, planes y programas de buceo que contemplan las diferentes modalidades, incluyendo el buceo nocturno y un grupo de especialistas deseosos de enseñar las técnicas de buceo que le permitan experimentar nuevas sensaciones y conocer el espectacular mundo de las profundidades. También se ofrecen todo tipo de cursos que posibilitan la obtención de certificados, muchos de ellos reconocidos internacionalmente.

Al moverte libremente por las aguas experimentas sensaciones que deben ser muy parecidas a volar.

El cosmos de burbujas en el que te sumerges hace que olvides todas las preocupaciones para concentrarte en este universo diferente.