EL LIBRO CUBANO Un lugar de honor
La edición de libros en Cuba está demostrando su recuperación día a día, no sólo por el incremento de las casas editoriales cubanas y la aparición de atractivos y bien dotados concursos literarios como los premios Alejo Carpentier y Nicolás Guillén, sino por la trascendencia que han ido adquiriendo las ferias a partir del año 2000, ya con frecuencia anual y en su nueva sede de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Hoy, estas han pasado a ser acontecimientos culturales de gran impacto en La Isla. La actual Feria Internacional de Libro ( la duodécima) estuvo dedicada al autor Pablo Armando Fernández, Premio Nacional de Literatura 1996 y los países integrantes de la comunidad andina –Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela– fueron los invitados de honor. La trascendencia de esta edición fue mayor que en otras ocasiones, ya que su celebración se extendió, no sólo a 18 ciudades, además de la capital, lo que fuera iniciativa del presidente cubano Fidel Castro en la pasada edición, sino que ahora se añadieron once ciudades más. Después de desarrollarse del 30 de enero al 9 de febrero en su sede principal de La Habana, llegó de forma escalonada a Pinar del Río, Consolación del Sur, San Antonio de los Baños, San José de las Lajas, Artemisa, Matanzas, Cárdenas y Nueva Gerona, Cienfuegos, Cumanayagua, Santa Clara, Sagua la Grande, Sancti Spíritus, Trinidad, Ciego de Ávila, Morón, Camagüey, Nuevitas, Florida y Las Tunas, Puerto Padre, Holguín, Moa, Bayamo, Manzanillo, Guantánamo, Baracoa, Palma Soriano y Santiago de Cuba donde fue clausurada el 2 de marzo. Al aumentar el número de sedes, el de títulos publicados y las ventas –unos 5.000.000 de libros–, la Feria hizo honor a su ya tradicional lema que proviene de una frase de José Martí: "Leer es crecer". El presente evento contó con más de cuarenta expositores extranjeros (España y México eran los que tenían más espacios reservados), mientras que en la programación artística destacaron las exposiciones acerca del Cuzco y de Gabriel García Márquez, las muestras de reproducciones de la obra de Oswaldo Guayasamín y de libros de autores andinos y los denominados "Conciertos por el Libro", con la participación de populares intérpretes y agrupaciones musicales. El programa literario incluyó la entrega de los premios nacionales de Literatura (Lisandro Otero) y Ciencias Sociales (Zoila Lapique) correspondientes al pasado año; de los Premios Alejo Carpentier 2003 de Novela (GuillermoVidal Ortiz), Cuento (David Mitrani) y Ensayo (Duanel Díaz); y los de poesía Nicolás Guillén (Teresa Melo) y Nosside Caribe (Liudmila Quincoses). Numerosos escritores cubanos estuvieron presentes, la mayoría con nuevos trabajos. Se encontraban entre ellos, Cintio Vitier, Roberto Fernández Retamar, Fina García-Marruz, Carilda Oliver Labra, Ángel Augier, Miguel Barnet, César López, Francisco de Oráa, Nancy Morejón, Antón Arrufat, Lisandro Otero y Pablo Armando Fernández, quien, además de ser la figura central, fue homenajeado por su 72º cumpleaños. El evento también contó con la asistencia de destacados intelectuales extranjeros como William Kennedy, Stonor Saunders, Jorge Enrique Adoum, Justo Jorge Padrón, Luis Britto García, Miguel Bonassa y William Ospina. Como en pasadas ediciones, pero en ésta con más vitalidad y pujanza, la Feria Internacional del Libro de La Habana, demostró la trascendencia del libro cubano y el lugar de honor que ocupa en el ámbito cultural del país.