Persistente y soñador, René Fernández Santana (Matanzas, 1944), el líder de la emblemática agrupación Teatro Papalote, creada en 1962 como Grupo Guiñol de Matanzas, ha sido reconocido con los más diversos galardones, como el Premio Nacional de Teatro 2007, Maestro de Juventudes y en el XIX Congreso Mundial de la Assitej, celebrado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el Premio Internacional Dramaturgos Inspiradores, junto a la canadiense Suzanne Lebeau y el británico Kevin Dyer.
Durante más de cincuenta años, el también director, diseñador, coreógrafo, pedagogo, actor y promotor ha trazado una ascendente trayectoria, que desde 1964, con la puesta de su obra La amistad es la paz, lo ubican como uno de los más significativos representantes del teatro para niños y de títeres en Cuba y en Latinoamérica.
Varias de sus más de doscientas obras muestran desde la década de los ochenta una intensa relación con el continente africano, a partir del tratamiento de la herencia negra, en clásicos como El gran festín, Los ibeyis y el diablo y Obiayá fufelelé, además de la reinvención de clásicos de la literatura universal (Una cucarachita llamada Martina, La caperucita roja…) y el tratamiento de las problemáticas del niño contemporáneo, una de sus obsesiones creativas, iniciada de alguna manera con la paradigmática puesta de La guitarra de Felipito, en 1966, continuada en Disfraces, texto y puesta con la que Teatro Papalote representó a Cuba en el Congreso Mundial de la Assitej, celebrado en La Habana en 1993, y que aparece, con un sentido actualizado, en su antología Los niños escondidos, publicada por Ediciones Matanzas en 2010.
Promotor incansable, desde el núcleo creativo de Papalote fundó espacios como el proyecto sociocultural La calle de los títeres; eventos como el Taller Internacional de Teatro de Títeres o el dedicado al arte del clown Narices rojas.
Desde el principio de su carrera, las puestas del también presidente de la Unima Cuba demostraron en escenarios de la Isla y el mundo la conjugación de renovadoras técnicas expresivas, asimilación de tendencias novedosas del arte moderno y una serie de conquistas estéticas que sedimentaron el camino de un creador talentoso e inquieto.
Teatro Papalote y René Fernández Santana son una misma cosa, una particular manera de concebir el teatro para niños y títeres, que ha representado a Cuba desde 1984 en países como Polonia, República Dominicana, Rusia, Chile, Suecia, México, Francia e innumerables veces en España.
Sus textos han sido publicados y llevados a escena por colectivos de Europa y Latinoamérica, se estudian en programas educacionales de Chile y siguen viviendo como su papalote, sobre los escenarios.
El recorrido diario de René Fernández Santana, desde el barrio de El Naranjal hasta su sala de teatro en el barrio de La Marina, es el viaje de un artista hacia la semilla de su creación; la mixtura que ha sedimentado una poética, una escuela sociocultural, un patrimonio que dignifica al teatro para figuras, volando sobre los cielos del mundo, un poema inspirador de nuestra escena, iluminado y palpitante; el espíritu de un titiritero.