La vida de la zona gira en torno a dos pueblos que, aunque unidos por un puente, viven en vidas independientes según sus normas.

Yandup es el nombre indígena de Corazón de Jesús, lugar donde llegan los aviones para trasladarse a Kwadule. Ismael nos guía por estos pueblos que nos reciben con increíbles contrastes, la primera vista es de casas desordenadas, con colores y calles sin asfaltar, pero según avanzamos aparece el puente que les une con Narganá y por él, en una imagen irrepetible, un grupo de colegiales, uniformados en azul,y tras ellos unas mujeres Kuna con trajes típicos y sus joyas, convivencia perfecta entre lo tradicional y el progreso. Nuestra visita va de sorpresa en sorpresa porque tras este primer aspecto de que el tiempo se paró, vemos una escuela, una maternidad, un hotel para turistas, un banco y una tienda propiedad de Montero (dueño junto con Ismael de la isla Kwadule), en la que se puede descansar y beber una soda fría. Las casas son de varios tipos, cabañas y con cemento. Es toda una experiencia estar en un lugar en el que no existe un sólo coche, ¡para qué podrían quererlos! La vida transcurre a pie y en las pequeñas embarcaciones que les llevan de un lado a otro. El sueño toca su fin, aunque siempre nos quedará la felicidad de haber conocido algo único y perfecto, como sólo un paraíso puede ser.