Qué pequeño resulta el ser humano cuando se enfrenta con la majestuosidad de la naturaleza y año tras año la Bahía de Banderas se convierte en el escenario de este encuentro, uno de los espectáculos naturales más impresionantes contemplados por el hombre: el avistamiento de ballenas, donde la jorobaza es la más espectacular. En los meses de invierno (diciembre-marzo) las jorobadas acuden a este rincón del mundo para aparearse y tener sus crías. Desde el profundo azul del Pacífico nos deleitan con saltos, aleteos, coleteos y cantos hipnóticos que comprenden parte de su cortejo. Desde distintos puntos de la marina zarpan embarcaciones al encuentro de estos amigables titanes. Elegimos la compañía Cielo Abierto, una de las más profesionales ya que todos los integrantes son biólogos marinos que realmente aman, cuidan y comprenden el medioambiente. Partimos en un día brillante y azul, en una Zodiac, la embarcación mas apropiada porque no hace tanto ruido y no molesta a las ballenas. El camino fue una experiencia inolvidable: delfines en manadas, saltando y haciendo piruetas, tortugas que flotaban plácidamente con pájaros sobre su coraza, y la expectación por ver lo que todos deseábamos. De repente un chorro de agua, allí nos dirigimos emocionados, cámara en mano. Adivinamos la silueta por el círculo que iban dejando en el agua, pero no, no salió.... Seguimos la travesía hacia Punta Mita y luego a Islas Marietas, y de nuevo su huella y ahora sí pudimos ver parte de su cuerpo y luego la cola.... Pacientemente seguimos navegando y aun pudimos ver otras dos con sus crías, aunque como era domingo decidieron ser perezosas y no saltar. Pero aún así fue algo maravilloso disfrutar de la naturaleza, de la inmensidad del mar, sabiendo que estos seres increíbles andaban por allí.

El avistamiento de ballenas jorobadas es sin duda una de las actividades más recomendables de Puerto Vallarta, pero debe hacerse con profesionales, respetando y mimando estos tesoros únicos.