Puerto Vallarta en VerdeAzul Agave
El recorrido es largo, unas tres horas o algo más, dependiendo del coche disponible. También se puede llegar en avioneta pero no tendremos la oportunidad de movernos libremente por la zona, algo que es quizás lo mejor.
Subidas, bajadas, ríos, carreteras estrechas, definitivamente no se puede ir en época de lluvias y siempre pregunte antes, pero disfrutamos cada momento y cada curva con la curiosidad del niño que ve algo por primera vez.
Las rocas parecen mirarnos, los árboles tan diferentes nos saludan y al mirar a un lado ahí está, un río de agave que baja por la montaña. Ahora entiendo porque se llama agave azul. Es así, de ese color y en medio del intenso verde de todo el paisaje es como agua que baja y refresca. También ahora se porque las montañas de Puerto Vallarta son azules en la tarde, son de color agave, son montañas de Jalisco.
Llegar a San Sebastián es encontrarnos de frente con parte de la historia de México, con un lugar detenido en el tiempo, hace más de 400 años que este año que viene se celebran. Casas de piedra, neblina cayendo de las montañas, nada parece perturbar la paz del pueblo. Nos quedamos en el Hotel del Puente, un lugar muy agradable convertido en hotel hace 4 años en lo que fue una casa construida hace más de 200, pida las habitaciones con grandes ventanas a la montaña, son deliciosas.
Si llegan temprano pueden desayunar en alguno de los 2 o 3 lugarcitos abiertos y vagar por sus calles, visitando la iglesia, la plaza y sin duda el Museo de Doña Conchita. Desde que lo vi la primera vez me pareció un lugar increíble, de un valor histórico incalculable, fruto del tesón y el trabajo de una mujer que inexplicablemente no recibe ninguna ayuda oficial para poder rescatar y exponer como se merecen todos sus documentos, testigos de una época de la que apenas quedan testimonios. Con la entrada de 10 pesos, la fabricación de vino de Faisan hecho con frutos, el Museo va sobreviviendo sin que a nadie parezca importarle demasiado.
De San Sebastián nos dirigimos a Mascota, lo más interesante es todo lo que los alrededores tienen que ofrecer, volcanes, lagunas presas. En esta ocasión nos quedamos en villa Esmeralda, un lugar precioso justo antes de entrar al pueblo, con habitaciones cuidadas y coquetas y todas con comodidades modernas como es la tv por cable. Nada más llegar dejamos las maletas y continuamos viaje hacia Talpa de Allende. Tenemos hambre. Preguntamos por algún lugar para comer rico y si, comimos comida de la zona, variada, sabrosa y nada cara. Ya con fuerzas renovadas para el cuerpo, vamos a ver a la Virgen para alimentar el espíritu y verdadero motivo de la visita. Hay dos Iglesias, una con la Virgen original y otra con la réplica. El pueblo es muy agradable y acogedor, con fábricas de guayaba y dulces en cada esquina, una plaza llena de vida y calles donde pasear disfrutando el clima fresco de las montañas. De vuelta a Mascota para dormir nos paramos en un puesto de tacos y platicamos con sus habitantes, un auténtico placer su hospitalidad. De esta charla y de la que mantenemos con el dueño del hotel al volver, sacamos una conclusión, bueno dos, la primera es que no podemos irnos de la zona sin visitar la Laguna de Juanacatlan y la segunda que tenemos que volver para visitar todo lo que nos dejamos, es decir muchísimo.
Decidimos levantarnos a las 6 de la mañana e ir a la laguna. El camino es de nuevo algo largo y difícil pero al llegar realmente uno pierde el habla, es tan bello, una laguna en un crater, la paz, el silencio y además por si aún no creía que los milagros se cumplen, poder tomar un café en un lugar con tanta delicadeza y una vista de ensueño. Nos sentimos en el cielo, fácilmente pasamos 3 o 4 horas embelesados por el arrullo de las hojas, del sol, cisnes, ardillas y caballos.
El viaje de vuelta, con tormenta en la montaña es una aventura que se la contaremos en otra ocasión.
Museo de doña Conchita
A pesar de que mi ilusión de hacer algo con el Museo de Doña Conchita no parece conmover a nadie y ha servido incluso de motivo de risa, quiero utilizar estas páginas para apelar a la sensibilidad de alguna empresa o persona privada que crea en las cosas mágicas y bellas de la vida y quiera hacer algo para el futuro de las generaciones que nunca sabrán que pasó si no salvamos los tesoros históricos. Pido que las instituciones olviden sus intereses personales y por una vez hagan lo que deben, para hacer de este proyecto algo maravilloso y si es una empresa privada me presto a ayudar con mi trabajo desinteresado para convertirlo en algo también lucrativo. QUERER ES PODER Y UNO SI CUENTA. Pueden contactar conmigo en el email:consueloelipe@yahoo.com