En busqueda de Ballenas
Era domingo temprano, el plan era ¡vamos a ver ballenas! y no pudimos resistirnos a esa invitación. Mientras mucha gente en las ciudades no puede salir de sus bloques de cemento, aquí aun podemos hacer cosas como estas disfrutando plenamente de los regalos que la naturaleza nos hace. Nos montamos en la lancha con nuestra cámara, la vista bien enfocada, bloqueador y toda la ilusión de por fin ver saltar una ballena. El día estaba luminoso y era un placer navegar con la brisa en la cara. Pronto encontramos un grupo de barcos que estaban a la espera de ver a estas criaturas increíbles. Éramos demasiados así que avanzamos un poquito más. De pronto nos pareció ver un lomo saliendo del agua y nos paramos silenciosos. ¡Si! Era una madre con su cría, las vimos sacar un parte y luego su cola y tan emocionados estábamos que casi nos perdemos el espectáculo en mayúsculas. Alguien grito ¡mirad al otro lado¡ un imponente macho gigante saltó fuera del agua, tan de repente y arriba que nos quedamos todos sin habla, emocionados. Yo nunca había tenido la suerte de verlo así y es algo inolvidable. Desgraciadamente todo fue tan rápido que no pudimos hacer ninguna foto pero el recuerdo se nos quedara imborrable. Después de esto esperamos un rato más y seguimos la travesía rumbo a la Cruz de Huanacaxtle. En el camino vimos una tortuga que placida nadaba y una manta raya gigante que nos dejó boquiabiertos de su longitud. Llegamos a la marina nueva de la Cruz y bajamos a tomar un reponedor desayuno para poder comentar tantas cosas vistas y disfrutar de esta zona nueva que esta creciendo sin sentir. El viaje de regreso fue una delicia, las gotas del mar en la piel, el sol, Vallarta en el horizonte. Fue una mañana de auténtico lujo, un plan que todos los visitantes o habitantes deberían disfrutar alguna vez.
Alguien grito ¡mirad al otro lado¡ un imponente macho gigante saltó fuera del agua, tan rápido y tan arriba que nos quedamos todos sin habla, emocionados.