Pachito Alonso tiene fama de ser un hombre que habla sin miramientos y dice lo que piensa. Esa cualidad, siempre admirable, unida a su gran talento creador y un carisma indiscutible lo convierten en uno de los músicos más queridos por el público cubano y de los más respetados entre sus colegas. Amén de recibir estudios de música desde los 7 años, se puede decir que también aprendió haciendo, pues parte del artista que es hoy se debe a la influencia directa que recibió de su padre Pacho Alonso –un imprescindible de la música cubana, poseedor de una voz inigualable y creador del ritmo pilón–, quien junto al conjunto Los Bocucos se convirtió en el primer exponente de música popular que se presentó en la sala Chaikovski, del conservatorio moscovita.

Desde muy pequeño, Pachito acompañó al padre en sus múltiples presentaciones y luego, siendo estudiante, se unió a su orquesta como arreglista. Una vez graduado, pasó a formar parte de la nómina como pianista, mientras desarrollaba labores de arreglista y compositor. Toda esa experiencia sirvió como sedimento para que, a partir de la repentina muerte de Pacho en 1983, asumiera totalmente la dirección. Es por eso que cuando en nuestro diálogo nos remontamos a esa época surge la interrogante: ¿Qué líneas te trazaste cuando te convertiste en máximo responsable de la orquesta?

«Hay una cosa muy importante: no soy cantante y eso me ayudó mucho porque así nadie me puede comparar con Pacho Alonso, que es lo que les pasa a mis hijos ahora. En mi caso, murió mi papá y yo quedé como pianista y director de la orquesta. Me favoreció mucho haber tenido muy buenos músicos, pero tuve que crear mi propia mecánica y aprovechar la experiencia que había ganado de mi papá sobre cómo convertir los temas en hits».

Una de las características que ha tenido la orquesta de Pachito en estos 30 años es la de haber formado cantantes que hoy destacan entre los intérpretes de la música popular cubana. Fue aquí donde consiguió su primer éxito Isaac Delgado, dos cantantes actuales de los Van Van –Lele y Robertón– se formaron precisamente bajo su tutela, y, por si fuera poco, el dúo de las Hermanas Nuviola alcanzó su mayor esplendor precisamente como parte del grupo, en una de sus mejores etapas, a inicios de los noventa.

«Fuimos el primer grupo latinoamericano en grabar con CBS española, una compañía norteamericana en Europa. Hicimos temporadas con Rocío Jurado en el Florida Park, giras con José Luis Perales, estábamos pegadísimos en aquella época con ese formato».

Y fue precisamente en esa etapa cuando la orquesta comenzó a llamarse Pachito Alonso y sus Kini Kini.

«El difunto Papín (integrante de Los Papines) era muy ocurrente y tenía esa palabrita para clasificar las cosas. A mí se me pegó y le decía a todo el mundo: Eso no tiene kini kini. El entonces presidente de CBS, Manolo Díaz, que hoy lo es de Emi Capitol Latina, me dijo: vamos a ponerle Pachito Alonso y sus Kini Kini. Ahí fue cuando empezó y bajo ese nombre hemos dado la vuelta al mundo, hemos actuado hasta en Las Vegas».

Aunque son muchas las orquestas cubanas de música popular bailable, los Kini Kini de Pachito han logrado mantener un sonido genuino que los distingue del resto. Basta escuchar los primeros acordes de cualquier tema y ya se sabe quién produce el sonido.

«Tú sabes que el artista tiene siempre un patrón pero llega un momento en que tienes que definir y eso no sé quién me lo dio pero pude crear mi propio estilo. Los tumbaos son lo que me diferencia de los demás, pero creo que eso es producto de cada músico porque cuando escuchas un tumbao de Peruchín o de Joseíto lo reconoces. Tuve la satisfacción de ser alumno de Peruchín, que fue quien introdujo el funk entre nosotros, y de todas las clases de él hice un libro que todavía no ha sido editado. Él me ayudó mucho en mi formación».

Pero me atrevo a decir que la distinción de la música de Pachito está también en su constante beber de la fuente. Aunque hizo carrera imponiendo su propio estilo, él mantuvo vivo el quehacer de su padre y en estos años no se ha cansado de renovar temas que fueron éxitos de Pacho Alonso, incluido el pilón, ritmo que nació en los sesenta y que él supo reintegrarnos con nuevo estilo entre los años ochenta y noventa, e incluso, volvió a ponerlo de moda por esas fechas. Ha seguido siendo su línea y ahora mismo da los toques finales a un proyecto donde rinde homenaje a su padre y a Antonio Machín quien, aunque cubano, es todo un ídolo para el público español. El entusiasmo del artista por este nuevo trabajo le lleva a detener el diálogo para invitarnos a oír las grabaciones del nuevo disco que pronto verá la luz. Pachito nos explica:

«Este es un disco que tenía hace rato en mente por el vínculo de Machín con mi papá. Aunque él era mucho más viejo que mi padre, cuando mi papá llegaba a España siempre iba a recibirlo y tuvieron una relación muy bonita. Juntos hicieron conciertos multitudinarios en Barcelona… He hecho un tema de mi papá que era muy famoso aquí que es A cualquiera se le muere un tío. También El Manisero, que tanto mi papá como Machín cantaban. Por ahí va la idea».

Fieles a la tradición familiar los tres hijos de Pachito Alonso han continuado carrera en el arte. Los varones –Cristian y Rey– son integrantes de su orquesta, mientras que su hija Yolena, con su compañía Yoldance, ha venido a cubrir un tanto las ausencias y necesidades que de teatro musical tiene hoy la escena cubana. 

«Me gusta mucho estar en familia y también tuve la escuela de mi papá, que cuando entré a su orquesta podía mandar a todos los músicos porque ya había trabajado mucho con ellos mientras era estudiante. Mi papá me fue preparando para que me respetaran como director llegado el momento y he hecho lo mismo. Cuando mi hijo Cristian entró como cantante –porque él es trompetista– ya lo había preparado, lo había llevado a giras. Luego él mismo preparó a su hermano. Ahora ellos son los autores de la mayoría de los temas de los últimos discos, hacen sus producciones y son bastante independientes».

En los momentos de nuestro diálogo Pachito se encontraba inmerso en los preparativos de un gran concierto que tendría lugar en el teatro Karl Marx de La Habana a finales de septiembre, como parte de las celebraciones por el aniversario 30 de la orquesta.

«Además del concierto en el Karl Marx haremos una gira por las principales ciudades del país, donde hemos previsto algunas presentaciones en teatros con el espectáculo homenaje a Pacho y Machín. También, con la anuencia de la casa discográfica Colibrí, haremos una compilación con temas nuevos y éxitos de estos 30 años. Vamos a regrabarlos con sonoridades más frescas y para eso invitaré a las Nuviola, a Robertón, Vania y otros artistas que se destacaron como parte de la orquesta».