Ruinas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, Portobelo
Museo Arqueológico El Caño
Teatro Nacional
Los festivales folclóricos engalanan la oferta cultural

Panamá se ha convertido en uno de los puntos de referencia para el turismo internacional. La diversidad de sus expresiones culturales invita a los turistas que visitan el istmo a sorprenderse con las diferentes oportunidades de conocer a su gente, creencias y costumbres, y a adentrarse en el desarrollo que proyecta la nación en el siglo XXI.

En el Casco Antiguo de Panamá, visitar el Teatro Nacional, con más de 100 años de existencia, representa uno de los momentos más impactantes de la visita a este país centroamericano, además de disfrutar de sus calles adornadas con balcones de principios del siglo XX, cafés y lugares para compartir con amigos, en ciertos sitios como el Museo del Canal,  tan cercano al mar que la brisa y el trópico nos entregan una experiencia inolvidable. En el área también encontramos el Paseo Esteban Huertas, conocido popularmente como Las Bóvedas, con vista al imponente Puente de las Américas o a la Calzada de Amador, encantos adicionales y difíciles de olvidar. 

Pero si nos dirigimos a la Calzada de Amador nos encontraremos con una carretera que atraviesa el mar entre las islas de Naos, Perico y Flamenco, sitios donde es común disfrutar de caminatas familiares, montar bicicleta, visitar una gran diversidad de restaurantes y cafés, deleitarse con la brisa y observar el paso de barcos hacia y desde el Canal de Panamá. En esta zona se abrirá próximamente el Museo de Gehry, dedicado a la biodiversidad, que espera más de 600 000 visitas al año. 

En la provincia de Colón, lugares como Portobelo y el Castillo de San Lorenzo, que figuran en la lista de Patrimonios de la Humanidad, son puntos de obligada visita debido a su estructura imponente que perdura tantos siglos después y recuerda la defensa de los españoles y los ataques piratas de la época. En la región se celebra la famosa procesión del Cristo de Portobelo, en octubre, que año tras año reúne a miles de personas de todas partes del país y del mundo en expresiones de fe, religión y creencias que representan una de las manifestaciones más importantes de la nación. Pero otro atractivo de Colón son las playas cristalinas que a través de su territorio provocan la migración de miles de personas cada fin de semana y sobre todo en el verano.

La riqueza arqueológica panameña es extraordinaria. Sitios como el Museo de El Caño en la provincia de Coclé, donde todavía se están descubriendo antiguas posesiones indígenas que poblaron el istmo, gran parte de cuyas colecciones se encuentran en importantes museos del mundo y del país, muestran un pasado con muchos enigmas por desentrañar. Pero también se han producido hallazgos en otras regiones, por lo que están custodiados en más de 20 museos a nivel nacional. 

En el país, las tradiciones y costumbres perduran en diferentes regiones con mucha fuerza. En el área de Azuero, las polleras y el sombrero pintao, las décimas, los diablicos y los festivales folclóricos de diferentes regiones engalanan la oferta cultural, además de las expresiones propias de Colón, antes mencionadas con sus diablos, y danzas diferenciadas por ritos y costumbres relacionadas con descendientes de África. La mayoría de los pueblos del interior tienen sus propias festividades religiosas y otras que engalanan con bailes, procesiones y corridas de toros a la manera panameña.  

Más de 20 % de los territorios del istmo están poblados por cinco comarcas donde conviven nuestras razas indígenas: Guna Yala, Emberá Woonaan, Gnobe Buglé, Madugandí y Wargandí –cada una con sus costumbres, lenguajes y vestimentas típicas– abiertas al público que puede conocerlas y convivir con ellas.

Además, en Panamá se realizan más de 60 ferias y festividades que convocan a miles de personas cada año, desde la Feria Internacional de las Flores y el Café en Boquete, la Feria Internacional de Azuero o la de David, o eventos culturales como el Festival de la Mejorana, Manito de Ocú o del Torito Guapo, con gran prestigio. También la Feria Internacional del Libro, que reúne más de 100 000 visitantes anualmente, o el recién estrenado Festival Internacional de Cine, ambos con una proyección extraordinaria hacia el futuro, lo que ha obligado a pensar en un nuevo Centro de Convenciones, como respuesta a lo pequeño que resulta ya el de Atlapa, construido en la década del setenta y que permanece todo el año organizando eventos.

La Orquesta Sinfónica Nacional y el Ballet Nacional de Panamá realizan presentaciones sistemáticas, lo que supone una plataforma de artistas locales que con su experiencia y talento motivan a las nuevas generaciones de jóvenes a interesarse en el arte.

Es obligatorio mencionar, como una de las joyas de la cultura nacional, el Panama Jazz Festival, un evento internacional de la más alta categoría, que celebra en enero de 2013 su décimo aniversario. 

También es importante destacar la diversidad de mercados de artesanías que existen en el país. En las provincias centrales, especialmente durante las fiestas, festividades y aniversarios, estos artistas presentan sus productos al público. La diversidad según la región hace más atractiva la oferta que el viajero puede encontrar.

Quizás el atractivo más importante y mejor comercializado de nuestra nación es el Canal de Panamá, la ruta que une los océanos en las Américas y el mayor impulsor de nuestro desarrollo económico. Como empresa nacional, ha representado a través de los casi cien años de su existencia un punto de obligada referencia al hablar del país, además de los múltiples beneficios que ha traído a sus usuarios y al mundo comercial. Con su ampliación, proyecto que ha de inaugurarse en el año 2014, el istmo asumirá nuevos y mayores retos de eficiencia y productividad que deben generarnos un crecimiento en beneficio de las grandes mayorías. Para los visitantes, estar en el Canal y observar la majestuosidad de la obra del siglo XX, al lado de los extraordinarios trabajos que se realizan para la ampliación del siglo XXI, es una experiencia única e inolvidable. 

Panamá, «Puente del Mundo y corazón del Universo», como se le conoce en gran parte del mundo, está abierto a los visitantes, quienes deben recorrerlo y disfrutarlo sin apuros para que perdure en ellos esta experiencia única y total de una gran obra ingeniera y orgullo de todos los panameños.