Estos casi 200 km de costa caribeña constituyen un completo itinerario de pasiones y deseos para los enamorados o amantes que buscan regalarse algunos días de intensa y perdurable felicidad junto a la diversión más fascinante.

Es precisamente un deseo vehemente de dar rienda suelta al disfrute, lo que ha convertido al Caribe mexicano en uno de los más demandados destinos del mundo para bodas y lunas de miel. Cancún, Isla Mujeres, Cozumel, Playa del Carmen, Xcaret, Tulum… se desgranan a lo largo de casi 200 km desde Puerto Morelos a Punta Allen, en la Península de Yucatán, un mundo de diversión para todos los gustos e inclinaciones, una garantía de días inolvidables para románticos y enamorados. Playas mundialmente conocidas o aun secretas, aguas transparentes, la enigmática y todavía viva cultura maya de la que se encuentran allí decenas de sitios arqueológicos, villas aisladas y lujosos complejos hoteleros, así como numerosas opciones de paseo en contacto con la naturaleza o las tradiciones lugareñas, ofrecen un escenario variado en amenidades y experiencias irrepetibles. Solo en 2011 se realizaron en el Caribe mexicano 30 540 bodas, de las cuales 17 880 se celebraron en Cancún, 11 250 en la Riviera Maya, 1 200 en Cozumel, 110 en Isla Mujeres y 100 en Tulum; y según autoridades de la Secretaría de Turismo del estado de Quintana Roo, es una modalidad que debe crecer este año al menos 12 %. ¿Qué encuentran por estos lares enamorados o recién casados? Pues justamente una combinación muy satisfactoria de calidad en los hoteles y los servicios con amplio diapasón para escoger, más una oferta muy diversa en materia de paseos y opciones extrahoteleras con grandes dosis de singularidad y a distancias relativamente cortas. El Caribe mexicano es precisamente eso: un lugar exclusivo donde lo mismo puede vivirse la aventura de la Ruta de los Cenotes que internarse en las selvas de Punta Venado, Sian Ka´an y el laberinto de pasadizos subterráneos del Río Secreto; o disfrutar de los maravillosos parques Xplor y Xcaret y del apacible entorno de la bahía de Paamul, según preferencias y gustos, entre otras múltiples posibilidades. La herencia maya a través de Tulum, Cobá, Ek Balam y Chichén Itza; el contacto con el México cosmopolita y moderno de hoy en Puerto Morelos, Playa del Carmen o Chetumal; las artesanías y la gastronomía mexicana en todo su esplendor y, sobre todo el mar, conviven y se juntan en la Riviera Maya como culmen irrepetible de fantasías y deseos, para hacer de este lugar uno de los destinos más divertidos y románticos del mundo.