Alma del Mediterráneo
LA AUTÓNOMA COMUNIDAD VALENCIANA PROMUEVE LA TURISMOFILIA, UNA MODALIDAD BASADA EN SITUAR A LOS VISITANTES EN EL CENTRO DE LA OFERTA, DIFUNDIR EL ESPÍRITU DE CONFIANZA, DEL DETALLE Y DE LA SOSTENIBILIDAD DE LA REGIÓN
Abierta, acogedora y hospitalaria. Así es la Comunidad Valenciana, conformada por las provincias de Alicante, Castellón y Valencia. Una zona de la península ibérica en la que, durante todo el año, predomina un clima agradable y en la que sus habitantes fomentan la turismofilia, una modalidad basada en multiplicar los valores que pueden enamorar al visitante.
Se «encadena» el turismo a la condición humana, se coloca a los visitantes en el centro de la oferta y se difunde el espíritu de confianza, del detalle. Los éxitos son palpables, teniendo en cuenta que esta región autónoma de España recibió un récord de 9,2 millones de turistas extranjeros en 2018, lo cual evidencia un incremento del 3,2% respecto a 2017. La mayoría, procedentes de otras zonas del país y de naciones europeas.
En conversación con Excelencias durante la recién celebrada Exposición Internacional de Viajes y Turismo de Moscú (MITT), José Manuel Gisbert, director general de Turismo de la Comunidad Valenciana, comentó que la hospitalidad está asociada al carácter mediterráneo que define a los ciudadanos de esta parte, quienes comprenden que el turismo es riqueza, no solo por ser una actividad económica importante sino porque también deja saldos positivos en el nivel emocional.
Si de referencias se trata, Gisbert menciona tres destinos turísticos que no pueden ignorarse. «Denia es Ciudad Creativa de la Gastronomía Unesco y nos interesa difundir su trabajo en el ámbito del turismo gastronómico sostenible y como un canal para promover la cultura mediterránea valenciana. Asimismo alrededor de Valencia está El Palmar, donde el paladar más exquisito queda rendido ante la paella, plato que nos distingue, pero al que queremos superar con la marca Exquisito Mediterráneo, en la que confluyen los valores de la mediterraneidad como la hospitalidad, pero también la dieta. Además está Castellón, en el interior, con platos y recetas tradicionales al más puro estilo de nuestros pueblos, y con mucho potencial turístico que ofrecer, no del todo conocido».
Alicante se ha convertido en capital de la cocina mediterránea, y esto es un punto fuerte en el turismo de la Comunidad Valenciana porque, al decir de Gisbert, puede arribar un viajero deseoso de formarse en la cultura de la gastronomía mediterránea.
Sin embargo, más allá de la gastronomía, la Comunidad Valenciana despliega un intenso trabajo para asociar sus tres provincias a atractivos destinos del deporte turístico. En ese sentido sobresale el golf, pues el clima y la calidad de los 22 campos para practicarlo que existen en este territorio, hacen de la Comunidad un referente internacional del turismo de este deporte.
Otro valor adicional, desde la visión del turismo cultural, lo constituyen Las Fallas o Fiestas del Fuego en honor a San José, celebradas en el mes de marzo de manera tradicional en Valencia y otras ciudades. Su repercusión internacional es tal que cada año crece el número de viajeros que llegan para participar de ellas.
Vista por muchos únicamente como una maravillosa tierra de sol y playa, en esa superficie de 23 255 km2, donde se combinan extensas llanuras costeras y zonas montañosas, y señorea un admirable patrimonio natural, cultural, arquitectónico, queda todavía mucho por descubrir.