Un país visionario nace del Canal
Hoy en día siguen siendo los puertos marítimos de Panamá y Colón las principales entradas al país. El ferrocarril transístmico une ambas ciudades. Allí los turistas de la época son los familiares de los trabajadores del canal: aquellos marinos de innumerables líneas de vapores que llegaban desde el sur, Nueva Orleans, Nueva York y La Habana.
Los atractivos turísticos locales son los clubes nocturnos y los restaurantes de ambas ciudades y como siempre las compras. Panamá y Colón tienen almacenes con productos de Europa, y de los vecinos países de América. Entre todos ellos sobresale el sombrero Panamá, un clásico tocado para ser usado por los viajeros en todos los lugares tropicales del mundo.
El hotel emblemático del momento es el Hotel Tivoli, en las colinas del Cerro Ancón. También en Colón opera desde 1913 el Hotel Washington que se asoma al Mar Caribe, al estilo norteamericano.
Los comisariatos de la Zona del Canal con cientos de productos dictan estilos. En Panamá todo es internacional, y las costumbres gastronómicas se mueven según las olas migratorias.
Los domingos se come spaghetti con salsa italiana, o se hace un arroz con pollo que se asemeja a la paella valenciana. La llegada de gente del interior a las ciudades pone de moda el plato típico nacional: el sancocho de gallina y las frituras.
De mestizaje y fusión
La construcción del canal trajo a miles de trabajadores negros antillanos de habla inglesa. Ellos poblaron barrios enteros de Panamá y Colón, y asentaron sus costumbres y su cultura.
En el año 1947 se inauguró el Aeropuerto de Tocumen, es un punto importante en el mapa de las comunicaciones aéreas. En el año de 1948 abre sus puertas al mundo la Zona Libre de Colón, y el turismo de compras se reafirma en Panamá.
Con el paso de los años se concibe la vía Panamericana que comunica los pueblos del interior. Un Ferry cruza los autos de una a otra orilla del canal. Los turistas visitan la Chorrera, las playas de Gorgona y viajan hasta el Valle de Antón. Las ruinas de Panamá Viejo son sitios de paseo. El transporte en veleros y vapores es cosa del pasado, es el momento de pintorescas chivas que unen a la capital con los tradicionales pueblos del interior; mientras que a Colón se sigue viajando en un tren que parte varias veces en el día.
Dicen que fue en la década de los 70 que un visionario Gerente del IPAT, Pinky Aria enseñó a todos la importancia del turismo. Entonces se reciben cruceros, se hacen campañas como My Name is Panamá, y se construye el Centro de Convenciones ATLAPA.
A finales del siglo XX, en la década de los años 90 en Panamá comienza la era democrática y el turismo se convierte en tema de estado. Con el siglo XXI surge el puerto de Colón 2000, llegan los cruceros y el crecimiento vertiginoso de Copa Airlines.
Expocomer se convierte en una de las ferias más importantes de la región y el Centro de Convenciones ATLAPA vuelve a brillar como cuando se celebraron los concursos de Miss Universo.
Un futuro de grandes
Con el paso del Canal a manos panameñas, el país desarrolla su infraestructura de carreteras y aeropuerto internos. La economía crece rápidamente. Entonces surge la cadena hotelera panameña Bern con hoteles de playa, ciudad y a orillas del canal.
Panamá se consolida como un destino para jubilados, para compradores e inversionistas. La ciudad pasa a tener los edificios más altos de Latinoamérica. En 2014 el aeropuerto de Tocumen recibe vuelos diarios de KLM, desde Amsterdam de Iberia, desde Madrid y recibe varias frecuencias de Air France, Tap de Portugal y Copa une a 69 destinos. American, Delta y United conectan con los principales hubs de los Estados Unidos.
Como resultado en los últimos cinco años el turismo crece un 40 por ciento, el país recibe más de 2 millones de visitantes y el gasto turístico es superior a los $ 3.5 billones.
Hoy se construye un nuevo centro de convenciones en Amador, de clase mundial y en este destino competitivo, abren sus puertas hoteles espectaculares de prestigiosas cadenas a nivel mundial.