Es Granma la provincia ideal para los amantes de la historia, la naturaleza y la cultura. Para convencerte te invito a recorrerla. 

Si vienes de La Habana, el primer municipio que encontrarás será Río Cauto, lugar que acoge en su geografía al río más extenso de Cuba y que le cedió su nombre al municipio. Partiendo de Guamo, en un pequeño barco*, navegaremos hechizados por la belleza de los esteros, las garzas y la mancha plateada de peces que se nos anticipa. En sus orillas veremos a las mujeres ostioneras, metidas en el agua hasta la cintura, abriendo las conchas para extraer el molusco fresco. A nuestro paso, podemos perturbar la tranquilidad de algún que otro cocodrilo que se lanza al agua o apreciar yuntas de bueyes que son llevadas para calmar la sed. Unas horas después saldremos al mar hasta arribar al puerto de Manzanillo. Allí nos recibirá una ciudad con arquitectura morisca cuya máxima expresión es la estupenda glorieta en el centro del parque. No nos detendremos mucho tiempo, nos espera el ingenio La Demajagua, lugar que escuchó el grito de independencia del 10 de octubre de 1868. Saldremos conmovidos tras apreciar las ruedas que movían el ingenio, abrazadas a un árbol de jagüey. Aunque nos motive pasar por el zoocriadero de cocodrilos, el tiempo es corto, y llegar a Media Luna constituye nuestro siguiente propósito. 

La casa natal y la escultura de Celia Sánchez en el parque, nos acerca a la vida de esa excelsa cubana, que representó a la mujer en las luchas revolucionarias, llevando siempre en su pelo una mariposa blanca, flor nacional. Continúa nuestro viaje a Niquero, para ver un atardecer en el magnífico Parque Desembarco del Granma. Recorreremos los mismos kilómetros que los expedicionarios, aunque desde un sendero de hormigón. Otras emociones nos aguardan en el Guafe, donde la diosa Atabeira permanece custodiada por las aguas de una cueva ceremonial, o la furnia de Morlotte, un hueco perfectamente circular de 77 m de profundidad y 55 m de diámetro. En sus cercanías habita el ligus vittatus, caracol que enrosca a la izquierda y solo puede encontrarse allí. El alto nivel de endemismo y las fabulosas escaleras del gigante, terrazas marinas mejor conservada del planeta, le valieron la condición de Patrimonio Natural de la Humanidad. 

El próximo destino es Pilón, municipio costero y polo turístico de mayor importancia en la provincia. El hospedaje, lo prefiero en Marea del Portillo, pero pudiera ser en Farallón del Caribe o Villa Punta de Piedra. La maravillosa Ensenada de Mora, lugar donde están ubicados los hoteles, nos cuenta la leyenda del pirata Barranquilla cuyo fantasma deambula sin cabeza por estas playas de arenas grises o la historia de mambises arribando desde Jamaica para asistir a la Guerra de Independencia. 

El espectáculo mayor lo tendremos en el amorío entre el mar Caribe y las soberbias montañas de la Sierra Maestra. Y a esa invitación no podremos resistirnos. Cruzaremos todo el macizo montañoso, con más de 27 pasos de río y paisajes naturales de increíble belleza, para arribar a Santo Domingo, en pleno corazón de la montaña. Estaremos alojados en cabañas de madera, con un toque campestre, natural y será la Comandancia de La Plata, el sitio perfecto donde se mezcla historia y naturaleza. Conducidos por un guía rememoraremos hechos a través de las diversas construcciones que sirvieron de refugio a los rebeldes. El aire puro, el verde de las plantas y el canto de las aves, nos hará sentir en un lugar de paz, seguridad y confort. La música estará a cargo del Quinteto Rebelde, agrupación cubana cuya trayectoria es rica en influencias históricas y culturales. La fauna nos dejará disfrutar del tocororo, ave nacional que se pasea libremente de árbol en árbol y llega incluso a posar para los visitantes, mostrándose para que todos vean su majestuosidad y similitud con los colores de la bandera cubana. Nos vamos lamentando no visitar el techo de Cuba, el Turquino, pero será en otra ocasión.  

Nos dirigimos a Bayamo, Cuna de la Nacionalidad Cubana. Serán los coches o las bicicletas los medios de transporte principales para recorrer la ciudad. Un museo de cera que expone personalidades, único en el país, es una de las atracciones del paseo bayamés o bulevar, localizado en la calle General García. Para el disfrute de la arquitectura, encontraremos la Iglesia Parroquial Mayor San Salvador de Bayamo, actualmente catedral, reconstruida después del histórico incendio de Bayamo, el 12 de enero de 1869, y único templo religioso en la Isla que luce en su interior un mural con contenido patriótico, el bautismo de la bandera. Estaremos entonces en la Plaza del Himno, lugar donde el 20 de octubre de 1868, se cantó por primera vez el Himno Nacional. 

Próxima a este sitio se halla la Plaza de la Revolución, nombrada así por los independentistas al tomar Bayamo. Y en unos de los portales, haremos uso de la imaginación para representarnos la primera partida de ajedrez del Nuevo Mundo, al menos de la que se tenga noticia. No podremos salir del centro histórico sin probar las deliciosas granjerías bayamesas hechas por la familia Miniet, a partir de la yuca agria. Las rosquitas, el matahambre, la rosca blanda y los suspiros, son dulces con más de 200 años de tradición que enriquecen el patrimonio gastronómico de la ciudad. Mientras tanto, de fondo escucharemos la música del órgano oriental, en este caso tocado solo por mujeres, un espectáculo quizás, único en el mundo.

En el recorrido citadino las emociones quedarán a flor de piel tras visitar la tumba de María Luisa Milanés, poetisa suicida, símbolo de rebeldía, precursora del pensamiento femenino indomable y liberador. La Ventana de Luz Vázquez, sitio donde se cantó la primera canción romántica de Cuba, y el Retablo de los Héroes, donde existió el primer cementerio católico a cielo abierto del país y posiblemente de América Latina. Este último lo bordeamos para visitar el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, asaltado por los revolucionarios el 26 de julio de 1953 y que hoy es el Parque Museo Ñico López, sede principal de la Feria de las Flores celebrada cada mayo. 

Si prefieres los misterios, el antiguo convento de San Francisco será ideal, pues detrás de una lápida empotrada en la pared del convento habita el fantasma de Doña Isabel de Acelar. Para el contacto con ella debemos aprovechar la luna llena y a las 12 de la noche ponernos con los brazos en cruz pegados a la losa. Solo exige un requisito, no haber traicionado jamás. 

Se nos agota el tiempo, pero no podemos dejar de ir a Guisa, lugar perfecto para practicar deportes como el parapente, el senderismo, el canyoning. Ligeros de equipaje emprenderemos una excursión al Jardín Botánico Cupainicú, al mirador de Guisa, a Charco Prieto y, después de un chapuzón en el río, nos aventuramos en las cuevas oscuras, llenas de misterios irresistibles para curiosos.   

Volvemos a Bayamo para cerrar el recorrido con una cena especial en el Mesón la Cuchipapa, donde platos tan tradicionales como el ajiaco bayamés, el boyo prieto, la frucanga y otros, cautivarán el paladar haciendo que la comida deje su huella en la memoria afectiva y se añore regresar. 

Aún quedan pendientes lugares de exquisita historia como el Fuerte de Jiguaní, o Dos Ríos, donde cayera en combate Jose Martí, el más universal de los cubanos; La Otilia, el Hombrito, Pata de la Mesa, espacios vinculados a Ernesto Che Guevara; el majestuoso Salto de Paco Olmo en el Parque Nacional Pico la Bayamesa, y otros cientos de atractivos que serán la motivación para un segundo recorrido. 

Estos elementos bastarán para convencerte, no solo como destino a visitar, sino también para planificar un pronto regreso.